Una pistola de juguete bloqueó la autovía A-6

Dice el dicho popular que «las armas las carga el diablo», y en el caso que nos ocupa, incluso también las de juguete. Eran las nueve de la noche del pasado domingo. Por la autovía del Noroeste, la A-6, no muy lejos de Villafranca del Bierzo, a la altura del kilómetro 409, circulaba en su coche una pareja de jóvenes. Iba conduciendo ella, una madrileña. A su lado, de copiloto su amigo, un madrileño. Él viajaba jugando con una pistola de juguete, de unos 24 centímetros de largo y unos 13 de alto. En un momento dado apuntó con ella a su compañera y en ese momento les adelantó un coche. El hombre que circulaba en este último vehículo se quedó perplejo y asustado al ver la escena de alguien que apuntaba con un arma a una mujer que iba conduciendo. Así, de esta forma, se comenzó a liar el asunto. El hombre, alarmado, cogió su móvil y dio aviso al servicio de emergencias. Le atendió la Guardia Civil de la provincia de León, mientras el coche con la madrileña y el gaditano seguía su camino por la A-6 en dirección a Galicia, sin sospechar lo que se les venía encima. El hombre alertó de tal forma y con tantos detalles a la Guardia Civil, que comenzó a desplegarse un importante operativo para tratar de esclarecer la presunta amenaza con una pistola a una mujer conductora. La Guardia Civil de León dio aviso a los destacamentos más próximos de Lugo. En la autovía estaba una patrulla cerca de la localidad lucense de Baralla. Vieron pasar el coche con el sospechoso, pero ante el temor de que pudiera peligrar la vida de la mujer, no le dieron el alto y se limitaron a seguirlo por detrás a distancia. Y así, otras patrullas de la Guardia Civil de la provincia de Lugo entraron en activo, puesto que los dos jóvenes habían abandonado ya tierras del Bierzo. Los agentes decidieron entonces pedir la colaboración de dos camioneros y colocaron sus vehículos en el tramo de la A-6 en dirección Coruña (kilómetro 469), de tal forma que el coche sospechoso no pudiera seguir adelante en caso de que quisiera darse a la fuga. Se creó así una pequeña cola de coches con los dos camiones, y fue entonces cuando la Guardia Civil abordó el turismo sospechoso. Los dos jóvenes se llevaron el susto de su vida y los agentes comprobaron que la pistola era de plástico. No fueron detenidos y todo quedó en una gran enécdota.