Las carrozas tienen luz propia

Ciento de personas invadieron ayer por la noche las calles de Ponferrada, para ver el espectáculo de luces con el que este año sorprendió a los espectadores el acontecimiento más esperado por los niños en las fiestas de la Encina, el desfile de carrozas. Los carruajes brillaban con luz propia y circulaban al ritmo de salsa. Así los bercianos, pudieron disfrutar del tradicional desfile de una forma diferente e innovadora, que no pasó desapercibida a nadie. Los ya tradicionales gigantes y cabezudos encabezaron la comitiva. Seguidos por el grupo de animación el «Safari Loco», que dejaba atónito a su paso a los mas pequeños del hogar al destacar grandes figuras de animales como el rinoceronte, el hipopótamo, el león, el tigre o la serpiente. Las siete carrozas participantes, de vistosos colores, tampoco pasaron inadvertidas ni a niños, ni a mayores. «El tren Dysney», «El grito del cisne», «Entre dioses, momias y tumbas», «El dragón chino», «Entre fresas, hadas y duendes», «Piratas del Caribe» y «Trono», en la que viajaba la reina de las fiestas del Centenario, junto a sus dos damas. Por último, para clausurar el desfile, hombres y mujeres con trajes de época, seguidos por cascos de Fórmula 1 y un pulpo enorme, paseaban por las calles de la capital berciana. Las carrozas eran ocupadas principalmente por niños, que radiantes de felicidad arrojaban confeti y serpentinas a los viandantes dejando un rastro de color tras de sí. Carrozas, gigantes y cabezudos iniciaron su trayectoria en la avenida de Portugal, junto a la glorieta del Templario, hacia el Puente Nuevo del ferrocarril, la avenida Valdés, Camino de Santiago y la plaza de Lazúrtegui. Posteriormente siguieron por la avenida de La Puebla, y subieron por la avenida General Vives hasta la glorieta La Carrasca. Por último, giraron a la derecha por la calle Ancha en dirección a la plaza del Ayuntamiento, donde, como de costumbre, finalizó el recorrido. Tanto la asociación de Peñas de Ponferrada, como tractores Coberma colaboraron en la realización del desfile. La celebración de la comitiva por la noche permitió convertir lo tradicional en algo magestuoso y nuevo. Juegos de luces y colores despertaron la curiosidad de los espectadores. Los niños se quedaban boquiabiertos al paso de las espectaculares carrozas.