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| Crónica | Las primeras horas |

El pregón de la añoranza

Antonio Díaz Carro abre los festejos patronales rememorando el viejo Bembibre de su infancia y pidiendo a los vecinos de la villa que sigan manteniendo vivas sus tradiciones

Bembibre presentó dos nuevos gigantes en la plaza Mayor

Publicado por
M. Á. Cebrones / C. Fidalgo - bembibre
León

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«Añorar el pasado es correr tras el viento», dijo ayer el pregonero de las fiestas del Cristo en Bembibre, Antonio Díaz Carro. «Pero también es hermoso ser cometa y dejarse mecer por el aire», añadió un hombre que ha pregonado festivales del botillo antes de ejercer de maestro de ceremonias del Cristo y que usó el discurso con el que abrió los festejos para rememorar el viejo Bembibre de su infancia, cuando la localidad estaba formada sólo por cuatro barrios -La Villavieja, La Plaza, La Estación y La Fuente- y a las calles empinadas donde jugaba a tirar piedras «olían a humo de matanza, a pimientos asados, a lagar y, ¿por qué no decirlo?, a cuadra y estiércol». Y es que la nostalgia acompañó ayer a las palabras de Díaz Carro, secretario de la Cámara de Comercio de León y autor de la única Historia de Bembibre publicada hasta el momento. La escuela de la señora Petrina, los días de feria, con los tratos de palabra entre los ganaderos, el juzgado oficioso en que se convirtió la Casa del Carlista, el viejo Cine Merayo, y un recuerdo a los sucesos del último día del año 1808, cuando los ingleses que huían de Napoleón «cometieron toda clase de tropelías» y Bembibre ardió «por los cuatro costados», ocuparon buena parte del pregón. Díaz Carro recordó que en el Bembibre de su infancia sólo había un extranjero -«el señor Manolo El Portugués- y hoy hay «varias razas y religiones». Y mostró su satisfacción porque la localidad haya recogida «la antorcha de nuestra tradición» con fiestas como La Salida del Santo, donde de nuevo se ha bailado el pendón de la villa, convencido, como Pío Baroja, de que «una costumbre indica mucho más del carácter de un pueblo que una idea». Por lo demás, Carro mencionó en su pregón el estreno de dos nuevos gigantes, que representan al Abad de Carracedo y al Conde de Lemos y que fueron presentados en la plaza Mayor. Habituados a los tradicionales Dulcinea y Don Quijote, Bembibre inició hace cuatro años una renovación de sus personajes . Eduardo Núñez creó en esa primera hornada la representación de los protagonistas de la obra El Señor de Bembibre , Don Álvaro Yáñez y Doña Beatriz Osorio. La novela de Enrique Gil y Carrasco vuelve a ser la inspiración para las dos nuevas creaciones. Previamente, y en el paseo de La Devesa, el público disfrutó de una nueva exhibición de la carrera de Autos Locos, creados por distintas peñas festivas y en el que reinaron la imaginación y las ganas de divertirse.

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