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Publicado por
JOSÉ A. ÁLVAREZ FIERRO
León

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ÉRAMOS POCOS, parió la abuela... y hasta la matrona. Queridos conciudadanos, a estas alturas del cuento, deben saber de sobra que el capitalismo, aunque caracterizado por la implantación y desarrollo de una economía de libre mercado y por su rechazo frontal a otras doctrinas o sistemas como el socialismo o el comunismo, miren ustedes por dónde, que los «demonios» acaban a veces tornándose «ángeles». Que el viento sopla a favor, libre mercado; que vienen mal dadas, ahí está el pater familias, el Estado, para intervenir cuando mi chiringuito se está yendo a pique; lógicamente, durante la época de vacas gordas he tenido ya tiempo suficiente de amasar. Y mucho ojo, que con ésto uno no quiere entrar en «guerras» de sistemas, sino apuntar que los regímenes y sus políticas económicas, todos, son tan moldeables como el barro. O esta megaempresa recibe una inyección multimillonaria del Gobierno de turno, o entonces, ¡oiga!, que nos vamos a la quiebra; ¿y no querrán ustedes, señores gobernantes, que miles de trabajadores se queden sin empleo y se tambaleen los cimientos de nuestra hasta ahora sólida economía? No, no, por favor, tomen, tropecientos mil millones de dólares, ¿es suficiente? Claro que esta pasta gansa, nunca lo olviden, aunque sean unos pocos quienes hacen uso de ella y deciden su destino, procede del sudor y el esfuerzo de otros muchos. Pero aún así, usted, incauto ciudadano, ha votado no sólo para que corrientemente pague sus impuestos, sino que debe también contribuir y soportar los desmanes en el sector privado, es decir, debe ser buen prójimo y contemplar estoicamente cómo con su dinero el Estado interviene para mantener la viabilidad de empresas privadas, afectadas por una desastrosa gestión o porque, insistimos... ¿no querrán que miles de personas se tengan que ir a la calle y el sistema se vaya al garete? Siempre es ésta una de las recurrentes excusas, justificaciones o chantajes que el gigante empresarial utiliza ante el pueblo mientras, por detrás, pone la mano para recibir la inyección millonaria que permita mantener al enfermo con las constantes vitales. Si después se recupera o no... qué más da. Decía el otro día alguien de la Ceoe que había que abrir «un paréntesis» en la economía de libre mercado, mientras también alguien, en este caso del Ayuntamiento de León, situaba la pelota de la crisis de Lagun Air en el «tejado» de la Junta de Castilla y León. Total, que llega el «jetaimpuesto»: dar oxígeno a empresas privadas con bombonas de dinero público.

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