Los niños de Ocero se quedan sin ir a clase en protesta por el transporte escolar

A la Dirección Provincial de Educación le crecen los problemas. Ayer miércoles siete estudiantes de la localidad berciana de Ocero (Sancedo) se quedaron en sus casas sin ir a clase como medida de protesta por el sistema de transporte que se ha establecido para viajar hasta el colegio Piñera de Vega de Espinareda. Las madres de los niños y niñas de Ocero, con edades comprendidas entre los tres y los ocho años, tomaron esta determinación después de que la administración no haya sustituido en los últimos días la furgoneta habitual por otro vehículo más apropiado. Las tutoras consideran que la furgoneta no es lo suficiente segura, dado que obliga a uno de los niños a viajar en la parte anterior, al lado del conductor. Esto lleva intranquilizando a las madres desde principios de curso. Pero justo ayer se incorporaba al grupo definitivamente una niña de tres años, lo que hacía ineludible que uno de los estudiantes se sentase en la parte delantera en el vehículo. Por esta razón puntual, también, decidieron no enviar a los pequeños al colegio público Piñera hasta que Educación tome cartas en el asunto de forma taxativa. La directora provincial manifestó a este periódico la semana pasada, cuando se iniciaron las protestas, que se analizaría el establecimiento de un nuevo transporte único para cubrir los viajes de los niños de Ocero y de otros siete de la cercana localidad de El Espino. Tal vez mediante un microbús. Eso colmaría las expectativas de las familias. Pero las madres no han obtenido ninguna confirmación oficial. No han podido contactar con los responsables de la administración en León, y desde la dirección del colegio se les ha explicado que tampoco ha llegado notificación alguna sobre variaciones en el sistema de transporte escolar. Las madres recibieron ayer a la furgoneta a las 8.30 horas en la plaza de Ocero, pero comunicaron a la conductora que los niños no subirían esta vez a la misma. Los estudiantes se quedaron en sus casas haciendo los deberes que previamente les habían encargado sus profesores. Hoy jueves, pese al trastorno laboral que esta desescolarización eventual supone para la mayoría de las familias, la intención es que tampoco se suban a la furgoneta. «Y como mínimo hasta el viernes ocurrirá lo mismo», subrayó una portavoz de las afectadas. Llegados a este punto de enconamiento en el conflicto, las madres no están dispuestas a dar un paso atrás hasta que la Dirección Provincial de Educación adopte una solución que consideran bastante sencilla como es la del transporte único para sus hijos y los niños de El Espino. Ninguna está dispuesta a soportar la incertidumbre diaria que para ellas supone saber que uno de sus pequeños va y vuelve del colegio de Vega de Espinareda -un trayecto de poco más de cinco kilómetros- en la parte anterior de la furgoneta escolar.