Del cuento a la poesía
Cuando me preguntan, digo que somos ángeles vagabundos. Que somos los antiguos constructores de catedrales, o, mejor aún, los extemporáneos diseñadores de manicomios. Así es el primer vesículo de Memorial de las piedras , la obra con la que Fermín López Costero se adentra en los caminos de la poesía. El autor, reconvertido en un «virtuoso intérprete de los sueños de las piedras», como se lee en el poema Respuesta que abre el libro, había ganado o ha sido finalista de una decena de concursos literarios. Pero siempre por sus cuentos. De hecho, un relato suyo ha estado este año entre los finalistas del Premio de Relatos del Diario de León. Pequeño catálogo de historias breves , editado en el año 2003, reunía sus primeros cuentos. Y sin dejar la narrativa -López Costero tiene un libro de cuentos inédito- el premio Benito de Lucas le consolida como una nueva voz poética. El escritor, que trabaja en la Fundación Prada a Tope, tiene pendiente de publicar un libro sobre el Palacio de Canedo y es autor del Catálogo Bibliográfico de Antonio Pereira (2006).