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Periodista

«La única prensa libre que existe en Marruecos es la que se autocensura»

Ponferrada abre esta tarde la Semana de la Interculturalidad con una charla de uno de los iconos de la libertad de prensa

El periodista Ali Lmrabet, en una imagen de archivo

Publicado por
Carlos Fidalgo - ponferrada
Ponferrada

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El periodista marroquí Ali Lmrabet, un icono de la libertad de expresión tras someterse en el 2003 a una huelga de hambre para protestar por su encarcelamiento, abrirá esta tarde en Ponferrada (20.15 horas, Casa de la Cultura) la Semana de la Interculturalidad con una charla sobre la inmigración marroquí. Lmrabet respondía ayer a un cuestionario de este periódico a través de Internet. -Los periódicos publican estos días que un joven de 18 años, Yassin Belassal, ha sido condenado a 18 meses de cárcel por escribir en la pizarra de su instituto «Dios, Patria y Barça», en lugar de la divisa de Marruecos «Dios, Patria y Rey». Parece que no haya cambiado nada desde que usted fue encarcelado por publicar que el rey podía vender un palacio.­ -La esencia del poder y el sistema siguen siendo los mismos. España hizo su Transición Democrática echando a los franquistas pero impidiendo cualquier caza de brujas. En Marruecos se quiere hacer una transición con algunas reformitas pero omitiendo el hecho de que muchos de los que se han manchado las manos de sangre en el pasado sigan dirigiendo el país. Actualmente, varios generales y personalidades políticas están siendo investigados por la justicia española y francesa por los graves abusos de los derechos humanos que cometieron en el pasado. -¿Yassin puede ser indultado por el rey, como lo fue usted después de su huelga de hambre y la presión internacional? -Creo que la Corte de Apelaciones, siguiendo instrucciones directas del Ministerio de Justicia, que es un «Ministerio de soberanía» que depende directamente del Palacio Real, va a rebajarle la pena o simplemente liberarlo arguyendo pretextos tan dispares como los que han llevado a este pobre chico a la cárcel. El régimen marroquí, que no es tonto, sabe que no necesita de casos mediáticos que ensucian su imagen de monarquía seudo moderada y reformista. -Hace unos días, la activista saharaui Aminatu Haider, encarcelada cuatro años sin que su familia supiera nada de ella, denunció en Ponferrada las violaciones de los derechos humanos en el Sáhara. Usted tiene prohibido ejercer el periodismo en su país por decir que los saharauis de Tinduf son refugiados y no secuestrados por el Polisario, como sostiene el Gobierno. ¿Qué opinión tiene del conflicto del Sáhara? -Personalmente estoy a favor del derecho de autodeterminación de los pueblos. Ahora, ¿cuál es la mejor solución para liquidar este sempiterno conflicto?, ¿la autonomía que ofrece Marruecos o la independencia reivindicada por los Saharauis? Si Marruecos fuera una verdadera democracia y si su oferta de autonomía no fuera coja ni bastante dudosa creo que muchos saharauis se lo pensarían dos veces antes de dar el salto hacia la independencia. Así que no estoy muy optimista. La monarquía marroquí ligó su suerte, ¡y el nuestro!, al del Sáhara Occidental. Hasán II decía : «Si perdemos el Sáhara, mi trono salta». Mohamed VI no esta dispuesto a quedarse sin trono. Eso significa que no creo que acepte organizar un referéndum de autodeterminación que, hoy en día, perderíamos sin la menor duda. -Fue el primer periodista que entrevistó a un mandatario israelí en un país árabe. ¿Qué opinión tiene de otro conflicto internacional aún más enquistado como el de Israel y Palestina?-Será la demografía palestina la que resolverá este conflicto. Cuando dentro de veinte años, o menos, los Israelíes judíos se den cuenta de que sus compatriotas musulmanes se están convirtiendo en mayoría en un país fundado para ser un Estado judío, se enfrentarán a un terrible dilema. O se convierten en un Estado de Apartheid donde la minoría domina abusivamente la mayoría, o aceptan el hecho de no ser un Estado judío, algo imposible, impensable por el momento. -Su padre luchó en la Guerra Civil española con el ejército de Franco, como muchos rifeños. ¿Qué le parece la iniciativa del juez Baltasar Garzón?-Un país no puede curar heridas profundas como una guerra civil simplemente tapándolas. Para que esas heridas se cicatricen hay que permitir que las familias hagan el duelo de sus muertos que en muchos casos siguen desaparecidos. Hay que abrir las fosas. -Antes que periodista fue diplomático, pero le alejaron de la Embajada en Argentina por revelar prácticas corruptas del embajador.-Lo que denuncié en 1994, cuando era embajador en segundo de nuestra legación en Buenos Aires, fue reconocido solamente este año cuando un juez bonaerense intentó enjuiciar a varios embajadores extranjeros en Argentina, entre los que figura el nuestro, por las mismas infracciones y estafas que denuncié en el pasado. -¿Qué es lo que le lleva a denunciar lo que otros callan?-Como mucha gente, me es insoportable presenciar abusos e injusticias y callarme. En Argentina, el embajador falsificaba documentos oficiales para comprar y vender coches de lujo, y su esposa trataba a sus criados como esclavos. Cuando lo denuncié, un responsable del Ministerio de Asuntos Exteriores me llamó para increparme. Si recuerdo bien me dijo : «El embajador ha sido nombrado por Su Majestad el rey y tú por un simple funcionario». Dos días después me destituian. -«Informar sin caer en la autocensura, analizar sin caer en la inquisición», decía el editorial del primer número de «Demain», que no duró un año. ¿La prensa independiente (del poder político) tiene algún futuro en Marruecos?-Por el momento la única «prensa libre» que existe en Marruecos es la que se autocensura o pide instrucciones a las autoridades antes de investigar un caso que puede resultar molesto para el régimen. Es algo que me apena. -Sus publicaciones no se financiaban con publicidad por el temor de los anunciantes y se sostenían gracias a los lectores. ¿La gente en Marruecos está reclamando más espacios de libertad?-Claro, los marroquíes quieren información que no sea manipulada. Están hartos de mentiras oficiales. Si la gente compraba mis revistas era porque le contábamos todo añadiendo mucho humor. Ya se sabe que el humor es una de las formas de periodismo que no aceptan los autócratas y demás opresores.

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