Crónica de 25 damas
La asociación Aldea Bierzo edita un libro con los esbozos de las vidas de 25 bercianas, muchas de ellas anónimas y de orígenes humildes, elegidas por ser ejemplos de superación personal
«Hay personas a las que la vida de pronto les pone una trampa». Así empieza la reseña sobre la vida de Ángela Losada, vecina de Sobrado que penó por las cárceles franquistas y primera de las 25 damas que la Asociación Aldea Bierzo ha incluido en un volumen que recoge la vida de mujeres del Bierzo, muchas de ellas anónimas o de orígenes humildes, y todas unidas por el mismo coraje y la misma capacidad de lucha. La de Ángela Losada, que abre el libro presentado en la tarde del sábado en la Obra Social de Caja España y que ya se encuentra en las librerías, es un ejemplo de supervivencia. Losada tenía 9 años cuando comenzó la Guerra Civil y los partidarios de la rebelión militar incendian su casa. Durante la guerra y la posguerra perdió a su padre, uno más en la lista de desaparecidos, a su hermana pequeña, que enfermó, o a su madre, una mujer de carácter que escondía bajo su techo a varios huidos. Un tiroteo en la vivienda entre la Guardia Civil y los escapados terminaría con ella en la cárcel, donde «pasó mucho frío y hambre», cuenta en el libro la presidenta de Aldea Bierzo y redactora de los textos del volumen titulado simplemente Dama , Ana María López Blanco. La de Ángela Losada es una de las historias más dramáticas, pero el libro incluye retratos muy diversos, desde los orígenes humildes de la gitana Araceli Montoya, nacida en una cueva en los alrededores de Oviedo y criada con leche de cabra, que nunca fue a la escuela y ha tenido 10 hijos en Cacabelos, donde mantiene la tradición de fabricar cestos de mimbre, a la levantadora de peso Lidia Valentín, la más famosa del grupo porque ha competido en los Juegos Olímpicos de Pekín. Por el medio, esbozos de las vidas de una mujer maltratada como Joaquina Novoa, de la tata de los hijos del dictador cubano Fulgencio Batista, la nativa de Corullón Carmen Carballo, que hoy reside en una residencia en Noceda, la escultora Virginia Calvo, las poetisas María del Pilar Puente Rego y María José Montero, la antigua directora de un colegio para niños discapacitados mentales en Caracas, Carmen Puente, la presidenta de la Asociación de Lucha contra el Cáncer, Concepción Blanco, que acaba de perder a su hija por la enfermedad, la cooperante Edita Corral, que trabaja con Medicos Mundi en Mozambique, o la de María Calleja, otra mujer golpeada por la Guerra Civil, entre otras. Tres de las mujeres ya han fallecido y el libro está especialmente dedicado a una de ellas, Francisca Nieto, que ocupa la portada con una foto de 1933, cuando fue elegida Miss Ponferrada, y con una vida marcada, de nuevo, por la Guerra Civil.