| Crónica | Cita con Prada a Tope en Madrid |
La castaña enciende el bercianismo
El escritor de ascendencia cacabelense Raúl Guerra Garrido recibió la Castaña de Oro de Prada en Madrid, en un magosto que concita a todos los amantes del Bierzo en la capital
Guerra Garrido cargó al hombro con el tronco que simboliza la castaña de oro y que le entregó Del Ol
corresponsal | madrid
El peso del bercianismo en la capital se mide cada otoño por el premio físico que otorga José Luis Prada, siempre a tope, en la entrega de la Castaña de Oro. Y debe de pesar lo suyo, porque Luis del Olmo, que se lo entregó como un relevo al escritor Raúl Guerra Garrido, le advirtió de que lo cogiera con cuidado. «A uno que se le cayó, Raúl, le partió las dos piernas-¦», bromeó el creador de Protagonistas (Punto Radio).
El escritor, vinculado familiarmente a Cacabelos, autor de
entre otras maravillas, lo cogió y se lo puso al hombro. Y así se revivió el acto de «fervor berciano», como destacó Pedro Trapiello, que desde hace cinco años Prada enciende en el centro de Madrid, en uno de sus locales Prada a Tope, a escasos metros de la emblemática Plaza de Santa Ana.
Más de cien invitados se dieron cita en un encuentro que es un recibimiento a la castaña asada más dulce del planeta Tierra y que José Luis Prada ofrece con generosidad inusual en el Foro y más que bien regada con los tintos de su cosecha, especialmente el maceración carbónica.
El magosto se convierte, no obstante, en una reunión de amigos en los que la clase empresarial se da la mano con la gente de la cultura, pero sobre todo con los amantes de lo leonés y de lo berciano mucho más en particular aunque sea desde la diáspora.
Alrededor de Prada y de Luis del Olmo sobresalió las presencia del presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, José Luis Ramón, el artista José Sánchez Carralero, el empresario y presidente del Diario de León, José Luis Ulibarri, acompañado por el director general de Televisión Castilla y León y Punto Radio, Florencio Carrera, entre otras numerosas personalidades.
Guerra Garrido hizo patria orgulloso con la mencía y con Cacabelos. «Los de Cacabelos somos como los de Bilbao, podemos nacer en cualquier sitio», dijo el escritor que agradeció calurosamente el homenaje recibido.