Los médicos aseguran que el VIH ya no mata, se ha convertido en una enfermedad crónica
La sanidad pública atiende a más de 170 enfermos de sida en la comarca
Los tratamientos incluyen menos pastillas pero alcanzan los 600 euros mensuales
ponferrada
El Día Mundial del Sida, celebrado ayer, se traduce en una jornada reivindicativa con la que se pretende poner fin a la discriminación que en muchos casos sufren los afectados y pedir a las instituciones públicas mayor apoyo, tanto a nivel sanitario como social, ya que como aseguró la coordinadora estatal de VIH/sida, «todavía queda mucho por hacer».
En la comarca hay más de 500 afectados por esta pandemia, 170 de los cuales se tratan en el Hospital del Bierzo, según los datos aportados por el especialista en medicina interna, Alberto Bahamonde, que quiso transmitir un mensaje de optimismo hacia una sociedad todavía reacia a tratar con normalidad a este tipo de enfermos. «En los años 80, cuando alguien desarrollaba el sida estaba condenado, pero ahora las cosas han cambiado mucho, el virus se ha convertido en una enfermedad crónica que ya no mata. Los enfermos pueden vivir décadas gracias a los nuevos tratamientos cada vez más modernizados».
Hace unos años, los afectados por el VIH (virus de inmunodeficiencia adquirida) tenían que tomar entre doce y catorce pastillas diarias para combatir los efectos del virus y las infecciones. En cambio ahora se toman una o dos pastillas al día, gracias a la simplificación de los tratamientos que suprimen la actividad del virus y regeneran las defensas. Pero como en todo, existe un parte negativa y en este caso es el precio, que alcanza los 600 euros mensuales por unos fármacos que sólo pueden adquirirse en el hospital.
Entre ocho y diez años tarda en manifestarse esta dolencia. Ésto unido a la falta de sensibilización social respecto al tema y al miedo al rechazo que sufren los afectados hace que alrededor de un 30 por ciento de las personas que han contraído la enfermedad desconozcan su estado y sean conscientes de ello cuando comienzan los primeros síntomas, que pueden ser fiebre continúa, adelgazar más del diez por ciento del peso, diarreas o incluso tuberculosis o neumonía.