| Reportaje | Donde va mi amo |
Las mascotas de Cacabelos, bendecidas
La parroquia de la villa del Cúa celebra la tradicional misa en honor a San Antón a la que acudieron decenas de animales
corresponsal | cacabelos
La parroquia de Cacabelos cumplió ayer con la tradición y celebró la acostumbrada misa en honor a San Antón, patrón de los animales. En ella, el párroco local, Jesús Álvarez, bendijo a todos los animales de compañía que llevados por sus dueños se concitaron a las puertas de la iglesia de Santa María de la plaza. Allí, como es habitual, el párroco arrojó agua bendita sobre los perros, gatos, periquitos, gallinas y conejos que se congregaron a las puertas del templo.
Con esta tradicional liturgia, los animales de compañía rinden tributo a su patrón y se encomiendan a su protección. Decenas de animales de Cacabelos y pueblos cercanos participaron en la celebración, en la que el párroco destacó que se trata de una cita entrañable y una fiesta especialmente «bonita» para los niños que, en las pasadas fiestas navideñas, han recibido como regalo de los Reyes Magos una mascota. Álvarez apeló, principalmente, a los más pequeños para que «cuiden de sus animales» y, añadió, «que las mascotas no sólo nos hacen felices cuando son cachorros». Al tiempo, advirtió de que se trata de un toque de atención para que los dueños de animales los cuiden y traten bien ya que son seres vivos, con dignidad y derechos.
Entre lo más llamativo: dos perros, madre y cachorro, a los que sus dueños ataviaron con ropa de niños. Las dos mascotas fueron bendecidas con un singular vestido de color rosa y un traje de pantalón y camisa en tono azul. En esta ocasión, también llamaron la atención de todos los presentes una familia de gallinas. Estaban el gallo, la gallina y sus siete pollitos, nacidos hace pocos días y cuyo propietario, un vecino de Cacabelos, llevó a bendecir para que San Antonio Abad proteja su crianza.
Durante la celebración, el párroco de Cacabelos también explicó que, finalmente, no se ha organizado la subasta de carne que la parroquia pretendía llevar a cabo este año, recuperando una de las tradiciones más ancestrales de la festividad de San Antonio Abad.
Jesús Álvarez advirtió de que «en estos tiempos de crisis no nos pareció lo más apropiado. Este es un año difícil y en las recientes navidades hemos pedido muchas ayudas para ofrecer alimentos a las familias necesitadas. Por eso creemos que era mejor no celebrar esta subasta». No obstante, espera poder llevar a cabo esta iniciativa en próximos años.