Diario de León

| Reportaje | Sin coche y sin dinero |

Naufragio en la carretera

Un juez exime al Ministerio de Fomento de pagarle el coche siniestrado a un conductor que «embarrancó» su vehículo en una enorme balsa de agua en el cruce de la N-120 y la N-536

Imagen de la intersección de la N-120 con la N-536, bajo cuyo puente se produjo el suceso en el 2001

Imagen de la intersección de la N-120 con la N-536, bajo cuyo puente se produjo el suceso en el 2001

Publicado por
C. Fidalgo
León

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ponferrada

Era un 3 de julio y nada le hacía pensar a Tomás A.M. que se encontraría con una enorme balsa de agua cuando conducía a las 5.45 horas por la N-120 hacia su puesto de trabajo en una empresa de pizarra de Castroquilame, a la altura del cruce con la N-536 en La Martina (Ponferrada). Su automóvil se encontró repentinamente con el embalsamiento de unos 50 centímetros de altura al cruzar bajo la intersección y Tomás no pudo hacer nada por evitarlo. Resultado; su Opel Astra naufragó literalmente en el charco y el motor se detuvo. Trascurridos siete años y medio desde aquel accidente que obligó a Tomás a pagar más de 5.300 euros para reparar su automóvil, una sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo número cinco de Madrid exime al Ministerio de Fomento de pagarle la reparación al afectado, que además del susto que se llevó, se ha quedado sin el dinero.

El fallo reconoce que el Ministerio es responsable de la limpieza y el mantenimiento de la carretera por la que circulaba Tomás, de ámbito nacional, pero entiende que «el embalsamiento de agua se produce por un hecho inesperado y sorpresivo atribuible a la rotura de una acequia de riego» y la administración no tendría la culpa del accidente que sufrió el trabajador de Castroquilame. El magistrado que firma la sentencia considera que el Ministerio ha acreditado «la efectiva prestación de servicios de limpieza y mantenimiento con continuos trayectos de vigilancia y operaciones de mantenimiento de los que razonablemente se desprende la prestación de un adecuado servicio de mantenimiento».

El agua acumulada aquel 3 de julio del 2001 bajo la intersección de la N-120 y la N-536, después de la plaza giratoria de La Martina que también sirve de enlace a Dehesas no sólo había detenido al vehículo de Tomás. La propia grúa que acudió en su auxilio hizo un intento fallido por rescatar el automóvil del agua, pero tal era la cantidad acumulada que «acabó también embarrancada» bajo el puente, según explica el recurso presentado por el afectado. Fue necesario que agentes de la Policía Municipal de Ponferrada que patrullaban la zona a esas horas se pusieran manos a la obra para sacara a los dos vehículos atascados de la balsa de agua.

El afectado entendió que en vista de la peligrosidad de la balsa, la Unidad de Carreteras del Estado no había cumplido con su labor de vigilancia y mantenimiento y reclamó, mientras firmaba un acuerdo con un taxista para que le trasladara al trabajo hasta que el 23 de noviembre de ese año pudo retirar su vehículo reparado del taller.

A Tomás A.M, le llevó más de cinco años que el Ministerio de Fomento se pronunciara sobre su reclamación de responsabilidad patrimonial a finales del 2006. Dos años después, su recurso contencioso no ha tenido más éxito y como el fallo es firme, Tomás A.M, no tiene la posibilidad de recurrirla a otra instancia.

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