Anuncia el deseo de que sus cenizas se esparzan en la plaza con su nombre y desde el Pajariel
La comarca del Bierzo abraza a Luis del Olmo como primer Hijo Predilecto
El locutor brindó el reconocimiento a sus paisanos bercianos y a sus amigos oyentes
Luis del Olmo, poco antes de recibir el título, con los representantes de las fuerzas políticas del
ponferrada
Luis del Olmo fue el centro de atención, no en vano, ayer se convirtió en el primer Hijo Predilecto de la Comarca del Bierzo. A punto de cumplir 72 años, anunció que no sabe si aguantará en las ondas dos o tres años más, aunque seguirá en la radio «mientras tenga algo que decir seguiré en la radio».
«No todos los días se recibe esta distinción, que está avalada por los 38 alcaldes de la comarca; Ponferrada me lo ha dado todo y esto es más que un trofeo de oro», resaltó el Hijo Predilecto de la comarca, que minimizó todas las loas que recibió como mejor embajador del Bierzo y de sus virtudes alegando que no ha hecho nada «que no hubiera hecho cualquiera con la oportunidad de acercarse a un micrófono. Es de decencia hablar de tus orígenes y comentar lo que te ocurrió en tus primeros años de vida. Se lo brindo a mis paisanos y a mis amigos oyentes».
«Hoy tengo claro que si algún día me dedico a la política optaré a la presidencia del Consejo Comarcal del Bierzo, estaré diez años más en la radio, después ya veremos». Durante el discurso, Luis del Olmo hizo referencia «al cabreo maravilloso de los bercianos», a la gastronomía y, uno por uno, ensalzó las mejores virtudes de los 38 ayuntamientos de la comarca: sus paisajes, sus ríos, sus vinos, sus árboles, sus ferias, sus monasterios, su cultura, sus huertas... y en ellos recordó a su primer amor, a sus padres y abuelos y aquellos amigos de los primeros años.
El presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, José Luis Ramón, otorgó a Luis del Olmo el título y el presidente del patronato de Turismo, Jesús Celemín, le entregó El abrazo de la madre , una escultura que representa a Luis del Olmo entre los brazos de la comarca; el pie, un pedestal de nogal con todos los ayuntamientos bercianos.
La despedida
«Esto se acaba, hacedme un favor. Cuando me vaya, os pido que me traigan aquí y que mis cenizas se repartan entre la plaza ponferradina que lleva mi nombre y el resto se lancen desde el Pajariel, desde la antena de radio, para que lleguen a toda la comarca. Sé que estoy en el invierno de mi vida. Gracias Bierzo, gracias paisanos y como Obama, que Dios reparta suerte y quedar con Dios.»