Los animales campan a su aire por la carretera, por las calles y arrasan los huertos en Llamas
Medio centenar de vacas abandonadas levantan la ira vecinal en La Cabrera
El presidente de la Junta Vecinal ha pedido ayuda a la Junta, pero no le han hecho caso
ponferrada
Los problemas con las vacas sueltas y semiabandonadas en el monte vuelven a la actualidad del municipio de Benuza. Si hace años se abatieron a tiros y las muertes crearon un gran revuelo público, en esta ocasión las reses han vuelto a las zonas habitantes con la bajada de las temperaturas. Los vecinos de Llamas están más que molestos porque en la actualidad más de medio centenar de reses están invadiendo sus propiedades, se introducen por las calles, campan a sus anchas por la carretera, causan destrozos en sus huertos y nadie parece querer poner remedio.
El presidente de la Junta Vecinal de Llamas, Amaro Cabo Prada, aseguró a este periódico que las vacas proceden de la zona de Odollo. «Se meten en el pueblo, nadie mira para ellas y nos comen la poca verdura que tiene la gente», resume a modo de reproche público para que la propiedad de las mismas y las autoridades sanitarias, especialmente la Junta de Castilla y León, adopte medidas de una vez por todas
«La Junta de Castilla y León tiene que retirarnos de aquí estos animales, porque no tienen premiso de la Junta Vecinal de Llamas para pastar ni andar por aquí», incide el pedáneo, después de indicar que los vecinos están molestos y quieren que alguien se encargue de una vez por todas de los animales.
Por lo visto, según la autoridad del pueblo de Llamas, lo que ahora está sucediendo no es fruto de un fin de semana o de unos días recientes. «Ya llevan dos años molestando, pero lo de los últimos días ya fue muy fuerte; andan las vacas por la carretera y hay niebla, y pueden causar cualquier accidente en cualquier momento», cuenta el pedáneo.
El pedáneo de Llamas considera que la situación que se está generando con las reses «puede traer consecuencias graves». Se da la circunstancia que ya se han producido golpes con el coche de algún automovilista que pasa por la zona. Según cuenta Amaro Cabo Prada, uno de estos accidentes leves se produjo en el paraje Quintanilla, donde existe una fuente y las vacas van a beber allí.
El día del fuerte viento los animales bajaron al pueblo y se metieron por las calles. Como la localidad se quedó sin luz, las vacas causaron más de un susto a alguna vecina, porque en la calle prácticamente estaban a oscuras con los animales. «La presencia de las vacas aquí no tiene el consentimiento nuestro y no las queremos allí», denuncia con contundencia Cabo Prada. Por lo visto, las vacas deberían estar a cargo de un pastor, pero según el pedáneo campan a sus anchas causándoles problemas.