La preocupación aumenta debido a que han muerto reses y han permanecido días sin retirar
m. f. | ponferrada
El problema con las vacas ajenas de los vecinos de Llamas, en el municipio de Benuza, no sólo se limita a los destrozos que causan en sus pequeños huertos y a que invadan sus fincas. Cuenta el pedáneo de esta población enclavada en el valle bajo del río Cabrera que se han dado varios casos en los que los animales han muerto en el monte y han permanecido allí días sin ser retirados.
«En el verano murió un jato y alguien lo dejó colgado en un punto por el que los vecinos del pueblo paseaban todos los días; y con el calor aquello se convirtió en un montón de moscas y soltaba un olor muy desagradable», recuerda Amaro Cabo Prada.
También resalta que otra vaca, cerca de un paraje conocido como Cruz de Piedra, murió allí y allí quedó abandonada hasta que se la llevaron después de muchos días. Sobre la situación de las vacas sueltas que ahora campan por Llamas, el pedáneo también tira de las orejas a los responsables de la Junta de Castilla y León: «Hemos ido a sus oficinas a decirles lo que pasa y nos dicen que las encerremos nosotros».