Catisa cumple veinte años sorteando acuerdos legales y administrativos
En primer término el alcalde de Carucedo y al fondo, Martínez Núñez
dl | ponferrada
¿Se quedará en agua de borrajas la firme resolución judicial contra la macrocantera del grupo Martínez Núñez en el corazón del único paraje Patrimonio de la Humanidad de Castilla y León? La interrogante se plantea automáticamente de nuevo si se tiene en cuenta que Catisa lleva casi veinte años sorteando resoluciones legales y administrativas en contra de la actividad de la explotación.
La Junta de Castilla y León reclamó ya en 1990 el cese, en dos años, de la actividad extractiva de la empresa de Martínez Núñez. Seis años después, sin embargo, la Junta seguía certificando que la cantera Peña El Rego actuaba «ilegalmente respecto a la Ley y Reglamento de Montes».
El 10 de abril de 1990 la Consejería de Economía de la Junta de la Castilla y León recogía en un informe sobre el impacto de Catisa en la zona: «Se estima que esta cantera deberá cesar sus actividades extractivas, previa restauración del área afectada, en un plazo no superior a los dos años».
En febrero de 1996, ya con la declaración en ciernes de Las Médulas como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, otro informe constataba que la explotación se realizaba «sin la preceptiva licencia desde el año 1991, en el que finalizaba la adjudicación del aprovechamiento que disfrutaba desde el año 1986».
De 1996 también data un informe del Seprona de la Guardia Civil sobre presuntas irregularidades de la cantera de Catisa por si fuesen «constitutivas de delito ecológico». En él se subraya: «La cantera es visible desde el espacio natural de Las Médulas, asentándose parte de la explotación en uno de los antiguos conos de deyección del yacimiento aurífero romano».
El propio Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León dictó una sentencia en el 2004 en contra del recurso de Martínez Núñez para cambiar la clasificación de la cantera de la sección A a la sección C, que le otorgaría derecho para ampliar la cantera. Pese a todo ello, la explotación no ha hecho más que crecer para estupor de los amantes de Las Médulas y sus valores.