Los cazadores exigen mejores vallas tras aparecer dos animales muertos
Denuncian el ahogamiento de corzos en la presa de San Román
El coto de caza informa al Seprona y asegura que se pierden cuatro piezas al año
corresponsal | bembibre
La aparición de una pareja de corzos ahogados en la presa que trasvasa agua del río Noceda al Boeza, para su paso hasta el pantano en San Román de Bembibre, ha sido la gota que colma el vaso para los componentes del coto de caza La Peñona, cuyo presidente, Carlos González, ha contactado con el Seprona para denunciar una deficiencia que cada año cuesta la vida a varias piezas.
Según Carlos Álvarez, éstos fallecimientos están originados por el mal estado de la valla que debería impedir el acceso a la presa, «hay zonas en las que la valla está despegada del suelo o podrida y evidentemente los animales, especialmente jabalíes, se cuelan por debajo y caen en una trampa mortal ya que les es imposible salir». Para el caso de los corzos, según Álvarez, las deficiencias se registran desde el mismo momento de la instalación de la valla «en la zona que linda con la carretera que une San Román y Viñales, la presa está baja y la valla tiene la misma altura que la carretera con lo que los animales que cruzan ésta saltan directamente a la presa. Los corzos concretamente que hacen saltos de cuatro a cinco metros, ni ven la valla».
Cumplir la normativa
El presidente de la asociación de cazadores asegura que cada año caen a la presa un mínimo de cuatro piezas, «el pasado año toda una familia de jabalíes, macho, hembra y cuatro jabatos. Impone a veces verles las pezuñas desechas de lo que han peleado por salir sin conseguirlo». Carlos Álvarez asegura que no hay diferencia en el daño que realiza la presa y el que puede realizar un cazador furtivo «igual que se persigue a un furtivo, que obliguen a organismos oficiales a cumplir las normas de seguridad necesarias para impedir estos casos». Recordaba también que los cotos de caza tienen limitadas el número de piezas que se pueden cazar, «para mantener la protección de la especie se nos limita la caza a seis piezas por año en el caso de los corzos y después no se ponen las medidas necesarias para impedir las tres o cuatro muertes que provoca la presa, no lo entendemos» declara Carlos Álvarez.
La denuncia efectuada por el grupo de cazadores se avala con la inspección realizada por agentes del Seprona en la mañana del miércoles en la que detectaron varios fallos tanto de sujeción como altura o mantenimiento de material del vallado, unas deficiencias que se traspasarán con demanda de solución tanto a Endesa, titular de la presa, como a la confederación hidrográfica Miño Sil, responsable de aguas.