Un doctor silencioso, un adiós clamoroso
Opinión | ROSARIO ARIAS CEREZALEZ
El Bierzo es una zona donde el número de personas diagnosticadas de cáncer cada día es más elevado. Durante años hemos tenido para nosotros solitos uno de los mejores oncólogos de España. No lo digo yo, lo confirman muchos de los centros más famosos referentes al tema.
El Doctor Fernández podría estar donde quisiera, ofertas creo que no le han faltado nunca, pero lo hemos tenido aquí, en nuestra casa, donde tanta falta hace un especialista de esta categoría. Como parte implicada puedo decir que no hay paciente que no le aprecie y que no sufra por su marcha. Ponen la vida y las esperanzas en sus manos como si de un compañero de Dios se tratara, ya que, aparte de la voluntad de lucha para salir adelante, necesitan confiar y saber que aún cuando los demás tiran la toalla, él la sigue recogiendo, cueste lo que cueste. Las cifras no importan, aquí lo que de verdad prevalece es la persona, la calidad de vida y el tiempo que se quede con nosotros
Como profesional sanitario que soy también puedo decir que las horas que este médico dedica a su trabajo superan con creces las de la jornada laboral. Esto en los tiempos que corren hoy en día, cuando no miramos nada más que a nuestro propio ombligo, dice mucho de su persona.
Y bueno, a lo que vamos, José Luis se va, quizás no supimos abrirle más las puertas, quizás necesite cambiar de aires, quizás... ¿Quién sabe?.
Es un hombre silencioso, siempre lo ha sido, aunque sus pacientes le escuchen aún cuando no habla. Con esta carta no pretendo más que mostrar mi opinión y agradecer a un gran profesional y una mejor persona su labor en el área de Oncología del Hospital de El Bierzo. En nombre de mi madre, de miles de personas y en el mío propio, gracias por todo José Luis y que tengas buena suerte.