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CC.OO. denuncia una caza de brujas a sus afiliados en LM

El sindicato teme que la fábrica de Ponferrada estudie ya un nuevo ERE

Alberto González Llamas, Gonzalo Díez y Eusebio González, ayer en la sede de CC.OO.

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Ponferrada

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La Federación de Industria de CC.OO. denunció ayer la «insoportable» situación que están viviendo los delegados del comité de empresa de LM Glasfiber y los trabajadores afiliados al sindicato, desde que se organizó la huelga para frenar las extinciones de empleo planteadas por la dirección de la multinacional danesa. «Se han impuesto sanciones muy graves, de 21 a 60 días sin empleo y sueldo, siendo las sanciones más duras para los miembros del comité», aseguró el secretario regional de Industria de la organización, Gonzalo Díez.

Lo que la sección sindical denuncia es una auténtica caza de brujas con un objetivo claro, «extender el miedo entre la plantilla y coaccionar para que las próximas elecciones sindicales las gane otro sindicato», aseguraron convencidos.

«La empresa está buscando el debilitamiento de la representación social para que si, en un momento determinado, tiene que tomar una medida concreta se encuentre con una barrera débil y pueda sacar adelante sus pretensiones», denunció Díez, que hizo hincapié en el hecho de que la dirección de Ponferrada está aplicando sanciones sin que haya una sentencia que confirme que la huelga fue ilegal. Hasta el 23 de julio no se celebra el juicio, por lo que la parte social esperará para tomar las medidas que considere oportunas.

El secretario provincial, Alberto González LLamas, apeló a la falta de comunicación con la empresa, un factor que les impide conocer la situación real de la misma. «No encontramos interlocutor alguno para poder saber lo que va a pasar con la fábrica, pese a que seguimos manteniendo la puerta abierta al diálogo».

Los responsables de CC.OO. aseguraron que «desde hace un tiempo, la dirección está haciendo firmar a algunos trabajadores un documento con el que reconocen que fueron coaccionados por el sindicato para no ir a trabajar el día de la huelga». Hecho totalmente desmentido por el presidente del Comité de Ponferrada, Eusebio González. «Jamás hemos obligado a nadie a no acudir a su puesto de trabajo. Lo que buscan es la división de la gente para que, en un momento dado, no apoye las medidas de protesta», aseguró.

Se aproxima un nuevo ERE. González Llamas apuntó que todavía «está en el aire el ajuste total de la capacidad de la fábrica» y que el futuro es bastante incierto. En la cabeza de todos ronda la más que probable realización de un nuevo expediente de regulación de empleo, lo que reduciría aun más la plantilla de la factoría de palas eólicas -”actualmente trabajan alrededor de 370 personas, descontando a los afectados por los expedientes-”. «Es posible que las medidas que se han tomado hasta ahora no sean suficientes y sobrevuelta la posibilidad de un nuevo expediente de regulación», aventuró el presidente del Comité, convencido de que esta situación sólo se está dando en Ponferrada.