Matarrosinos, a una por la iglesia

Monaguillos, cura y fieles ya se reúnen en cita con la eucaristía en la iglesia de Matarrosa del Sil desde hace un mes. El lugar santo-” que por obras estuvo cerrado desde el mes de octubre del pasado año a junio del presente -” ha cambiado el olor a pintura y masilla por el del incienso y las flores.

La celebración de las comuniones estrenó el lugar, y desde entonces el párroco de la localidad, Jesús Villar, no dejó de decir misa en la iglesia. A falta de algunos detalles para que las obras finalicen, como picar las paredes laterales por la parte exterior, o poner nuevos focos de iluminación, el templo luce ya de otra manera. Gracias a la colaboración de Ayuntamiento, junta vecinal y sobre todo a la aportación económica y humana de la gente del pueblo la iglesia presume de una nueva cara. Los vecinos de la localidad no sólo han contribuido a la reforma a través de sus donativos, sino que además solidaria y altruistamente algunos de ellos se enfundaban el mono de albañil e iban a ayudar en la ejecución de la obra.

Villar se mostró «muy contento» con el resultado de la hasta ahora inacabada obra. Se han hecho ya la mayor parte de los avances y aseguró que «la fachada ya está terminada, el altar arreglado, el suelo cambiado, y las grietas de la pared de dentro del lugar ya han desaparecido».

El párroco tuvo que ejercer su función durante todo este tiempo en la casa de la cultura del pueblo. Villar agradeció que «algunas mujeres llevaran algunas flores y adecuaran un poco el lugar para celebrar la eucaristía».

El cura aseguró que «la misa no tiene nada que ver con el lugar» pero quiso matizar que la iglesia del pueblo «ahora es un edificio digno de decir misa».

La casa de la cultura, gracias a todo el pueblo de Matarrosa del Sil, ha dejado de ser el lugar de reunión dominical de los fieles y el campanario del templo de la localidad ha vuelto a llamar al pueblo para mostrar la mejor cara del edificio.