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El sector crítico impugna la elección de la nueva ejecutiva del PSOE

El grupo de descontentos con el proceso de refundación del partido en Ponferrada, que sigue creciendo, presentó el jueves a la regional el recurso contra la asamblea

Aníbal Merayo, en el centro, con el histórico Conrado Alonso en la sede de la UGT el día 31.

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r. arias | ponferrada
Ponferrada

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La nueva dirección del PSOE en Ponferrada, que desde el pasado viernes día 31 de julio encabeza Aníbal Merayo, ha empezado a caminar definitivamente con mal pie. El sector de militantes crítico con el proceso de refundación de la organización cumplió el pasado jueves con su amenaza de impugnar la asamblea en la que se eligió a Merayo como secretario general.

La portavoz del frente de descontentos con la pretendida renovación que impulsa la dirección provincial, Esther Reyes, firmó ese día el escrito de impugnación que se ha dirigido a la ejecutiva regional del PSOE que encabeza Óscar López. López, paradójicamente, fue el encargado de disolver en su momento, desde la secretaría de Organización de la Federal, la agrupación de Ponferrada.

En el escrito, de una sola página y remitido a través de burofax, los críticos recogen en cuatro puntos las razones de carácter formal por las que entienden que el proceso asambleario no se ajusta a los estatutos del PSOE. Fundamentalmente porque no se convocó a la militancia con el tiempo debido, la forma de votación o la imposibilidad de presentar listas alternativas a la liderada por Merayo y que integra a varias de las familias tradicionales del socialismo en la capital berciana.

En el fondo, la iniciativa obedece al profundo malestar que vuelve a rebrotar entre militantes y simpatizantes del PSOE por cómo se intenta reorganizar el partido y por la dudas que existen de que con los nuevos efectivos se vaya a ganar la confianza perdida entre el electorado en los comicios municipales.

Tras la aparición del frente discordante con las tesis oficiales, Esther Reyes indicó que no han parado de sucederse las adhesiones y las muestras de apoyo. Reyes negó que existan manos negras o gente que no quiera dar la cara, aunque admitió que hay muchos simpatizantes y afiliados que prefieren no estar en primera línea.

Respecto a las declaraciones de los responsables de la nueva ejecutiva sobre la necesidad de dejar atrás las voces críticas por su carácter minoritario, Reyes sólo recordó que en la asamblea del 31 apenas si votaron 80 militantes cuando se hablaba de un censo de 250. Y más allá todavía en esta reflexión, aludió a los cerca de 500 militantes que la agrupación tenía antes de su disolución. «Les ha respaldado una minoría», adujo.