Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Silla Baja | josé álvarez de paz

A sunto de permanente actualidad y controversia a lo largo de toda la transición, también antes y después, diversas formaciones políticas de signo nacionalista, más bien regionalistas a nivel comarcal y provincial, han vivido cruentas refundaciones, todas judicializadas. Ahora se anuncia otra más, al hilo de la cantada de la llionpedia y el edil Pardo en León, que han merecido comentarios acerados de analistas. Igualmente se vuelve a escribir sobre el excesivo poder de las formaciones nacionalistas cuando quien gobierna, como ahora, no tiene mayoría suficiente para sacar adelante los Presupuestos. Se llega a crear un clima parecido a una fobia contra los periféricos que, por voluntad de la Constitución y de los votantes tienen esa llave, que desemboca en tensiones constantes entre los nacionalismos periféricos y el nacionalismo central, que también lo hay. A ello contribuyen los relojes parados de ciertos nacionalistas que insisten en que «os tempos da liberdade aínda non son achegados», o aquellos que reniegan de todo lo español, pero exigen que el ejército custodie sus barcos pescando fuera de límites.

Contribuir a rebajar la tensión, aprender a convivir entre diferentes, sigue siendo asignatura pendiente aquí y en otras partes.

No me siento nacionalista, en absoluto, pero tengo amigos nacionalistas y con ellos, como es natural, tengo más cosas que nos unen que las que nos separan. No son nacionalistas biologicistas, preocupados por el derecho de sangre, sino por la cultura común, demócratas capaces de entender incluso la solidaridad internacional que no rechazan el debate sobre la violencia y las guerras que han desatado los nacionalismos de todo signo. Todos hemos experimentado que el mundo de los nacionalismos también es plural. En Bélgica conocí matrimonios bien avenidos entre flamencos y valones y en Madrid a representantes catalanes del federalismo asimétrico que ven a España como una nación de naciones. En Galicia vemos que el BNG aglutina desde el centro a la extrema izquierda y conjuga actitudes abiertas y solidarias con rasgos del nacionalismo étnico anclado en los años 20 y con la identidad grupal alborotada, incapaz de asimilar un pensamiento transfronterizo.

Cargando contenidos...