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Un asturiano que lleva más de 40 años fabricando madreñas

La lluvia empañó una jornada en la que se repartieron 1.300 kilos de castañas asadas y hasta donde llegaron más de veinte autobuses de toda la provincia

Los asistentes recorrieron los 27 puestos del recinto, que ya se queda pequeño para semejante celebr

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m. j. alonso | ponferrada
Ponferrada

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Que el Magosto y Mercado Tradicional de Páramo del Sil es una Fiesta de Interés Turístico Provincial es algo que ya nadie de cuestiona. Más de un millar y medio de personas participaron ayer en la tercera edición de la fiesta de la castaña del Alto Bierzo, donde pudieron degustar no sólo el manjar propio del otoño, sino un sin fin de productos más, entre los que destacó el menú ideado por el Ayuntamiento: bocadillo de panceta, bocadillo de chorizo asado, empanada y bebida al gusto. Todo ello en el mismo lote y por el mismo precio.

Una veintena de autobuses llegados de todo el Reino acercaron hasta Páramo a vecinos de Riaño, Chozas de Abajo, Saliegos, Valderas, Pola de Gordón o Ciñera. En definitiva y tal como aseguró el propio alcalde, Ángel Calvo, «no hay comarca leonesa que no esté aquí representada». Tampoco faltó algún que otro extremeño y mucha gente de Asturias, por ser región vecina.

La directora provincial de Educación, Mercedes Fernández, fue la encargada de inaugurar el mercado, en el que 27 stands ofrecieron al turista desde filloas con miel hasta cebollas, pasando por hogazas de pan de centeno, embutidos caseros, licores de hierbas, dulces, productos de la huerta berciana y el arte popular -”cestos, cuencos de madera y barro, madreñas, trabajos en hierro, mantas hechas a mano y hasta bolsas para guardar el pan-”. En su visita a la villa berciana, Fernández recibió la bendición de los caballeros templarios, que ofrecieron a la directora y al primer edil la capa con cruz roja característica de la Orden.

Buen negocio. El éxito fue indiscutible y las ventas lo avalan. Todos los puestos rebosaban actividad y los propios vendedores reconocieron la buena marcha del negocio. De hecho, uno de los artesanos, el herrero, volvió a Páramo por segundo año consecutivo, asegurando que «a razón de otros sitios aquí se vende bien, la gente no es tacaña». Incluso la responsable de Educación se dio una vuelta por el local improvisado en la plaza más céntrica del pueblo para comprar algún capricho.

Aunque el tiempo no acompañó, todo se desenvolvió según lo previsto. Mariachis, mimos, una orquesta y varias carpas para que la gente pudiera cobijarse al calor de la música sin necesidad de paraguas. También la pulpera hizo su agosto -”pese a estar en el mes de noviembre-” ya que su puesto fue uno de los más concurridos, quizás por estar pegado al escenario de las actuaciones.

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