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El desprendimiento de un talud corta la carretera que une el Bierzo con Laciana

La caída de dos toneladas de piedra y tierra a menos de dos kilómetros de Villablino obliga a habilitar un desvío provisional a través de una pista en Anllares del Sil

Dos toneladas de piedra y tierra cayeron sobre el vial

Ponferrada

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Dos toneladas de piedra y tierra caídas sobre la calzada obligaron a cortar ayer la carretera que une Ponferrada con Villablino. El desplome del talud, situado a menos de dos kilómetros de la capital de Laciana, se produjo a las diez de la mañana y en el mismo lugar donde doce horas antes había ocurrido un primer desprendimiento de piedras. Las máquinas de la Junta de Castilla y León, titular de la carretera autonómica CL-631, se encontraban despejando la calzada cuando sobrevino el alud de dos toneladas sin causar heridos entre los operarios.

La Guardia Civil habilitó un desvío provisional en Anllares del Sil (Páramo del Sil para los conductores procedentes de Ponferrada, que deberán circular por una pista privada para acceder a Caboalles desde Valdeprado y Cerredo. La ruta desde Villablino obliga a dar un rodeo, y el delegado de territorial de la Junta, Eduardo Fernández, anunció que mientras no se reabra la carretera, será el Hospital de León y no el del Bierzo como hasta ahora el que atienda a los usuarios de la sanidad pública de Laciana. Los vecinos del municipio de Palacios del Sil que viajen a Laciana tienen su propio desvío en la localidad de Villarinos del Sil.

Fernández anunció ayer que la Junta tiene intención de retirar el talud afectado por el doble desprendimiento para evitar que se repitan los desplomes. El delegado territorial no se atrevió a adelantar una fecha para la reapertura de la principal vía de comunicación del Bierzo con Asturias, pero mostró su confianza en que no se demore. «Esperemos que no lleve el mismo tiempo que la A-6, porque entonces nos moriríamos», ironizó en alusión al desplome de un talud en la Autovía del Noroeste a su paso por la Sierra de la Escrita en Trabadelo que desde la pasada primavera obliga a los conductores que circulan entre Madrid y Galicia a desviarse durante cinco kilómetros por la Nacional VI. Fernández tiene claro que es necesaria una solución permanente. «Hay que ir quitando el talud, porque es muy inestable y vencerá», advirtió.