Sorolla, entre los autores relevantes
Entre las obras más destacadas cabe subrayar un lienzo del pintor valenciano Joaquín Sorolla, que representa un paisaje de Soria y que es la única de las piezas que no posee un carácter religioso. La exposición ha mostrado además joyas como la escultura de San Pedro de Osma de la catedral de El Burgo de Osma, obra de Juan de Juni, o el retablo de Alonso de Sedano de la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de Montenegro de Cameros.
Especial relevancia cobró también el Cristo Yacente del escultor Gregorio Fernández o el óleo sobre tabla que retrata a Santo Domingo de Guzmán, pintado por Ambrosius Benson y que cedió el Museo del Prado.
Una de las piezas que más admiración causó fue también una cruz tardobizantina elaborada a comienzos del siglo XV con madera de tejo procedente de Constantinopla y que procede de la parroquia de la Natividad de Nuestra Señora de Guijosa. Paisaje Interior contó además con una pieza inédita, las tablas de Hans Memling, que retratan a Santa Isabel de Hungría, San Francisco de Asís, San Bernardino de Sierra y San Pedro, y que hasta la inauguración de la muestra se encontraban en un despacho del Ayuntamiento de Almazán que desconocía la valía de esta obra que probablemente formó parte de un tríptico elaborado con madera de roble.
La exposición de Soria se estructuró en dos partes diferenciadas y un epílogo: la primera ocupó las naves de la concatedral y en ella se mostraron la mayoría de las obras a través de cinco capítulos (Sembradores de la fe, La semilla echó raíces, Nos iluminan el camino de la vida, Patronos, Santos y Devociones, Bajo el Signo de la Cruz.