Diario de León

La Junta asegura que la pasteurelosis es «relativamente débil y susceptible» a desinfectantes y destaca que es difícil que se contagie a humanos

El consejero de la Presidencia cifra en 141 los ciervos muertos en Zamora y León y recuerda a los ganaderos que existe una vacuna «eficaz pero voluntaria»

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

La Junta de Castilla y León aseguró hoy que la pasteurelosis, la enfermedad confirmada ayer por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid) como causante de la muerte de 141 ciervos en Zamora y León, es «relativamente débil y susceptible» a desinfectantes como la penicilina y la amoxicilina, con lo que la Administración regional envió un mensaje de tranquilidad a los ganaderos de las sierras de La Culebra y La Cabrera, a los que recordó que existe una vacuna «muy eficaz», pero que es «voluntaria». De hecho, algunos profesionales ya la incluyen anualmente en su cuadro de inyecciones por prevención, ya que la forma de contagio es vía aérea.

Los encargados de explicar los resultados enviados por el Laboratorio madrileño, así como el Pecuario de León y el de Santa Fe de Granada, fueron el consejero de la Presidencia y portavoz, José Antonio de Santiago-Juárez, el viceconsejero de Desarrollo Sostenible, José Manuel Jiménez, y la viceconsejera de Desarrollo Rural, María Jesús Pascual. Fue esta última la que profundizó en la enfermedad y comentó que no hay descrito ningún contagio a humanos, pero que «tampoco se puede producir», porque esta bacteria es eliminada directamente por los propios jugos gástricos en caso de consumir carne infectada. Tampoco se transmite si se cocina el producto a 55 grados centígrados o más.

Pascual expuso que se trata de una enfermedad provocada por la pasteurella multocida, una bacteria comensal que reside de forma habitual en el tracto respiratorio de todos los animales y que se ha encontrado en las muestras analizadas, si bien sólo existe riesgo de muerte si se producen situaciones de estrés y altas temperaturas, «como las que sufre Castilla y León en las últimas semanas y que pueden haber llevado a esta situación».

Asimismo, matizó que de los 141 ungulados muertos encontrados, sólo siete se recogieron para realizar pruebas, aunque dos de ellos no permitieron efectuar las necropsias por su avanzado estado de descomposición, uno de los denominadores comunes a todos los cadáveres.

La viceconsejera manifestó que desde el inicio del proceso de análisis de muestras, a finales de julio –cuando aparecieron los primeros animales-, se trabajó con la hipótesis de la implicación de un agente infeccioso y se descartaron enfermedades como lengua azul, EEH (Enfermedad Epizoótica Hemorrágica del ciervo), fiebre catarral maligna, brucelosis, leucosis y perineumonía. La enfermedad del carbunco bacteridiano se descartó varios días después al ser un mal cuyas pruebas necesitaban más días.

De hecho, añadió Pascual, en el día de ayer la Junta abatió una hembra y un cervatillo para comprobar el estado sanitario de ambos con dos pruebas «fiables» que ya se han enviado a los laboratorios y que en principio «no se identifica en ellos esta enfermedad».

Por su parte, el viceconsejero de Desarrollo Sostenible, José Manuel Jiménez, confió en que las muertes remitan cuando se suavicen las temperaturas y los ciervos recuperen las defensas, si bien avanzaron que en el mes de septiembre, época de `berrea´, podrían verse más cuerpos, dado que se debilitan «y ese es otro de los factores por los que la bacteria puede reproducirse». En ese sentido, el animal muere entre las seis y 24 horas, siempre en lugares recónditos del monte.

Tratamiento difícil en el monte

Jiménez recordó que de los 141 ciervos aparecidos hasta hoy, once corresponden a León y 130 a Zamora, de los que 57 se encontraron dentro de la Reserva Nacional de Caza. Hasta el momento, la pasteurelosis afecta a un porcentaje de entre el tres y el 3,5 por ciento de los 3.000-3.500 que existen. Al respecto, reconoció que el tratamiento en animales silvestres no se producirá por su extrema complicación, «por no decir imposible», aunque avanzó que mañana se ha convocado el Consejo Provincial de Caza de Zamora y la Junta Consultiva de la Sierra de la Culebra, en las que se informarán de los resultados enviados por los laboratorios.

Por lo que respecta a si la mortandad de ciervos tendrá incidencia en la caza, Jiménez entendió que, dado que la tasas de depredación del lobo en la zona alcanza al diez por ciento de los ciervos, y la caza a entre el 25 y el 30, no se cree que peligre su existencia. En todo caso, «si hubiese que tomar alguna decisión se hará, pero de momento no».

No alarmar

Igualmente, de Santiago-Juárez explicó la cronología de los acontecimientos y recordó que el primer animal apareció el 27 de julio, a raíz del cual se inició el protocolo. El 28 y 29 de julio se recogieron las primeras muestras y el 30 se enviaron a los laboratorios. El 4 se descartaron las primeras enfermedades y este fin de semana se confirmó la pasteurelosis. Por todo ello, pidió a los diferentes colectivos y organizaciones que «no alarmen» a la población y «no hagan el ridículo para no generar inquietud». «Eso no se puede hacer, aunque uno esté muy aburrido en verano», criticó el portavoz, en referencia al PSOE.

En este sentido, respondió a las declaraciones de los responsables socialistas, que recomendaron contratar desempleados para encontrar los cadáveres: «Da la sensación, por lo que dicen, que el campo está lleno de cadáveres, y eso es mentira. Oficialmente hay 141, y si tienen datos de que hay más, que digan donde están», exclamó.

Respecto a la aparición de otros animales, desde la Junta recuerdan que el monte «es muy amplio» y que éstos también mueren de forma natural, como los corzos y los jabalíes. En todo caso, los laboratorios también están analizando pruebas de otras especiales aparecidas para descartar posibles enfermedades.

Otros episodios similares

La Junta informó también de otros episodios similares causados por la pasteurelosis, como los registrados en la Reserva Nacional de los Montes Universales de Teruel, en 1991, que causó la muerte a 85 ciervos, u otras 460 cabezas en el Parque Natural de los Alcornocales, en Cádiz. Además, ha habido numerosos casos en Estados Unidos o en el Reino Unidos, con el mismo tratamiento establecido y protocolo que en Castilla y León.

tracking