La opinión del lector

Ciencia y Dios

Por todos los medios de comunicación ha corrido como la pólvora la aseveración del famoso científico Stephen Hawking en la que declara a Dios innecesario en el hecho de la creación: «Dado que hay una ley como la gravedad, el Universo puede crearse de la nada y lo hace». Prosigue: «La creación espontánea es la razón de que haya algo en lugar de nada (...) No es necesario invocar a Dios para que encienda la luz y eche a andar el Universo».

Esta atrevida posición del científico merece algunas observaciones:

1. El tema de Dios, por la propia naturaleza divina, no pertenece al campo de la ciencia, que se ciñe únicamente al ámbito de lo empírico, de lo experimentable.

2. Por tanto, los científicos no son los profesionales ni los especialmente entendidos sobre cualquier cuestión referente a Dios.

3. Los expertos sobre Dios son los filósofos (desde la sola razón) y los teólogos (desde la razón y la fe). Estas personas son las que tienen una especial autoridad en el tema que nos ocupa.

4. No obstante, los científicos, desde su condición de seres humanos, también pueden filosofar acerca de Dios, pero ya sin ninguna autoridad relevante, sino normal; pues no es lo mismo la aptitud intelectual para la ciencia que para la filosofía. Por tanto, no tiene demasiado sentido esa gran atención que los medios han dispensado a las afirmaciones de Hawking.

5. En efecto, que este científico no es filósofo se advierte enseguida en lo que dice.

Veamos: Si se crea el universo desde la nada (=ausencia total de ser o de cualquier cosa), con sólo la gravedad, sin que actúe Dios, es de notar que en ese estadio (la nada) no existen seres, cosas, por lo que obviamente tampoco existen leyes (que también son cosas), ni la de la gravedad ni ninguna otra, por lo que se incide en flagrante contradicción.

6. La nada, insisto, es ausencia total de ser; esto es, lo que, por ejemplo, éramos el lector y yo hace doscientos años. Añadimos: Como todas las leyes radican y actúan en las cosas (también la gravedad) no habiendo cosas o seres tampoco hay ninguna ley, tampoco hay gravedad. Por tanto, la afirmación de Hawking, que supone la coincidencia de la gravedad con la nada, es irracional. Es irracional que se sirva de la inexistente gravedad para explicar que surja algo, que surja el universo. Todo ello es un mero ejercicio de imaginación, y no es ni ciencia ni filosofía. Nuestro científico necesita unas clases de filosofía, no complicada, sino simplemente de nivel elemental.

7. Por otro lado, advierto que el maestro Eckhart (al que se alude en algún escrito para apoyar a Hawking), es un autor respetable, aunque muy discutible y muy discutido; y en todo caso no tiene la autoridad de San Agustín o de Santo. Tomás de Aquino, sencillamente porque no ha merecido tenerla.

José A. Galindo Rodrigo, OAR PROFESOR DE LA FACULTAD DE TEOLOGÍA DE VALENCIA

Acondicionar el Bernesga

Deberían, cuanto antes, iniciar las obras de acondicionamiento del cauce del río a la altura del Polígono 17 junto a Espacio León. Muchos vecinos lo vamos a agradecer porque estamos hartos de pasear entre los cardos. J. Gutiérrez. león