Lluvia dentro y fuera del Parlamento
La andanada | pedro vicente
No caía ayer una sola gota sobre Valladolid, pero la lluvia protagonizó metafóricamente el debate presupuestario celebrado por el Parlamento autonómico Una lluvia de falsos billetes de 100 euros con la efigie de Juan Vicente Herrera inundó los exteriores del edificio, donde centenares de agricultores se dieron cita a mediodía para manifestar su rechazo a los Presupuestos de la Junta para el 2011. Los concentrados (mayormente de Asaja, con escasa contribución de UPA y Coag) lanzaron al viento 820.000 de esos billetes, cuyo falso importe se corresponde exactamente con los 82 millones de euros que echan en falta en el gasto agrario presupuestado para el próximo año. El pulso está planteado y veremos durante la tramitación de las enmiendas parciales en qué medida el sector recupera parte de lo que se ha esfumado. De momento las enmiendas anunciadas por el PP en esa dirección no llegan a los cinco millones. «Unas simples migajas», dicen las opa.
La otra lluvia fue la de mamporros dialécticos que descargó sobre el hemiciclo durante el debate mantenido entre los dos portavoces de los grupos mayoritarios, la socialista Ana Redondo, y el popular Carlos Fernández Carriedo. No sería justo decir que ambos repartieron por igual. Lo de Ana Redondo fue un completo aguacero, que no dejó títere con cabeza. Para la portavoz socialista, el Presupuesto del 2011 está plagado de trampas y espejismos, es falsamente austero y lo poco que invierte lo hace a través de unas empresas públicas que a su juicio gestionan al estilo de Pepe Gotera y Otilio. En resumen: una chapuza.
Carriedo respondió al chaparrón echando mano de los dos argumentos tipo que eran de prever: De un lado, la culpa de las penurias presupuestarias de la Junta la tiene la crisis económica que Zapatero se ha ocupado de agravar; de otro, para recortes de inversión y de toda laya, los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno socialista. «Me fío más de las previsiones del pulpo Paul que de las de Zapatero», apostilló.
El portavoz popular incurrió sin embargo en el error de reprochar a la oposición que no acudiera al debate con un boceto de presupuesto alternativo, tal como solía hacer Ángel Villalba. «Para eso hay que trabajar y vivir en Castilla y León, como hacia Villalba y no hace Óscar López», dijo Carriedo. Su fallo fue olvidarse de que el diario de sesiones está ahí y siempre puede jugar una mala pasada. Y en el siguiente turno de Redondo tuvo que oír la trascripción literal de las lindezas que su antecesor en la portavocía, José Antonio de Santiago-”Juárez, dedicó en el 2005 a la iniciativa de Villalba de presentar esos presupuestos alternativos. El regocijo en la bancada socialista fue total.
En el exhaustivo repaso de la oposición a la gestión presupuestaria de la Junta al cronista le llamó la atención que no se hiciera la menor referencia al Plan de Convergencia Interior, que en su anualidad correspondiente al 2010 (150 millones de euros) permanece igual de inédito que el pasado 1 de enero. Clamorosa omisión en aras, se supone, a no perjudicar la negociación que la Junta y los socialistas siguen manteniendo al efecto.
Otero y Castresana, que un año más han pasado de enmendar a la totalidad, fueron ayer casi convidados de piedra, aunque el primero, en su breve intervención para anunciar su abstención, aprovechó para reiterar su conocida propuesta de gravar con un canon la actividad de las empresas eléctricas.