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León

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La andanada | Pedro Vicente

En pocos sitios como en Castilla y León se cumple plenamente la célebre sentencia de Giulio Andreotti según la cual la oposición desgasta más que el poder. Basta acudir a cualquier pleno del Parlamento autonómico para refrendarlo. La impotencia de la oposición para poner en aprietos al partido que lleva más de 23 años gobernando ininterrumpidamente la comunidad autónoma a veces roza lo patético. En la sesión de ayer, lejos de incomodar al gobierno que preside Juan Vicente Herrera, la oposición socialista volvió a salir trasquilada. Y no porque no dispusiera de munición, que la tenía, sino porque nuevamente dirigió mal el tiro.

Para empezar volvió a tropezar por enésima vez en la misma piedra de reprochar al presidente de la Junta una actitud timorata y pasiva a la hora de tomar medidas para combatir la crisis económica en el ámbito de la comunidad. Y puede que no les falte razón a los socialistas a la hora de formular esa crítica. Pero a estas alturas deberían de saber que cualquier debate en torno a la crisis lo tienen irremisiblemente perdido de antemano, ya que su armamento siempre será de corto alcance frente a la artillería pesada del PP contra el gobierno Zapatero. Por si fuera poco, ayer el presidente Herrera restregó a la bancada opositora las recientes declaraciones del secretario regional de UGT, Agustín Prieto, pidiendo a los socialistas de Castilla y León que se desmarquen de las políticas «indecentes» de Zapatero. Demoledor.

La actualidad había puesto a disposición de la oposición dos asuntos a priori incómodos para el gobierno Herrera. Uno era el último padrón oficial de población, en el que Castilla y León no sale nada bien parada, al ser una de las dos únicas comunidades que ha perdido habitantes (cuatro mil) en el 2009. La ocasión la pintaban calva para que el procurador palentino Francisco Ramos, acreditado conocedor del problema demográfico, denunciara el fracaso de la Junta en la materia. Pero por razones que a este cronista se le escapan la cuestión quedó en manos de otro procurador de escaso bagaje parlamentario que desperdició completamente la oportunidad.

El otro asunto era el de la trama Gürtel, una vez que el TSJ de Madrid ha decidido trasladar una parte del sumario al TSJ de Castilla y León. Era la quinta vez que el procurador socialista Fernando Benito preguntaba sobre las actuaciones seguidas por la Junta para investigar la supuesta extensión de la trama en Castilla y León, y la quinta vez que el consejero de la Presidencia, De Santiago-Juárez, aseguró que la tramitación de los expedientes sujetos a investigación judicial ha sido impecable. Durante la refriega ambos se acusaran mutuamente de mentir y el resultado es que nada se sacó en limpio. O sea, otra ocasión perdida.

La batería de preguntas del grupo socialista no incluyó ayer ningún asunto especifico de León, motivo por el cual Joaquín Otero volvió a gozar de la exclusividad de los mismos (exclusividad plena, ya que últimamente su compañero de grupo, Héctor Castresana, no toca balón). Las intervenciones de Otero fueron seguidas desde la tribuna por otro antiguo compañero de fatigas en la UPL, Luis Herrero Rubinat, quién ayer se dejó ver por el Parlamento Autonómico. Lo mismo hizo el alcalde de Valencia de don Juan y vicepresidente de la Diputación, Juan Martínez Majo. Ambos mantuvieron una amistosa charla en la cafetería, donde, para variar, los corrillos leoneses ponían en común la última rumorología en torno al candidato del PP a la Alcaldía de León.