«Quiero transmitir tranquilidad en la disolución de las Cortes»

Tras la reforma del Estatuto es el presidente de la Junta quien tiene potestad para disolver las Cortes, y lo hará 55 días antes de las elecciones.

-”¿Cuál será la fórmula para disolver las Cortes este año?

-”La última reforma del Estatuto establece la competencia plena del presidente de la Junta para la disolución de la Cámara, y es idéntica a la que pueda tener el presidente de Gobierno para las Cámaras españolas. Anteriormente no era así porque, aunque en la reforma del Estatuto de 1999 ya se recoge la disolución de la Cámara estaba muy limitada. Según mi criterio jurídico por ley no se podía recoger, pero ya se debatió en su momento porque el Estatuto recogía que los mandatos eran por cuatro años. Y en la última reforma se ha hecho una regulación plena que coincide con nuestra Ley Electoral. Quiero transmitir tranquilidad porque las consecuencias son mínimas a juzgar por lo que viene siendo la interpretación de otras Comunidades que lo tenían establecido antes que nosotros. Es verdad que estarán disueltas las Cámaras por un decreto del presidente, ya que tiene plena eficacia, pero seguirá estando la Diputación Permanente, y también estarán los suplentes de esa órgano. Somo 17 en la Diputación Permanente, cinco en la Mesa, tres portavoces y nueve vocales. La mesa en principio no tiene suplentes, por lo tanto el número de suplentes asciende a doce más, que no son nominativos. Existe una bolsa para la suplencia, por lo tanto creo que las consecuencias es que a pesar de la disolución de las Cámaras, la Diputación Permanente y sus suplentes seguirán funcionando con normalidad. La fórmula para disolver las Cortes será por decreto que es la ordinaria en todas las Comunidades Autónomas. Al ser nueva la disolución este año, he consultado a los grupos parlamentarios para consensuar diversos aspectos. La estabilidad está completamente garantizada. A pesar de que sea novedad dicha disolución va a tener las consecuencias mínimas desde el punto de vista de la estabilidad del Parlamento, que seguirá internamente como sigue siempre, con normalidad.