Morosidad y falta de liquidez hunden los negocios autónomos

Si el desempleo en Castilla y León está pasando por una grave situación con un alto índice de parados, no es menos preocupante el momento por el que atraviesa el sector de autónomos de la Comunidad, y lo que es aún más grave es que más del 70% opina que el problema de la crisis económica no tiene visos de mejorar durante el año 2011, según un barómetro del primer trimestre de 2011 elaborado por la Asociación de Autónomos de Castilla y León (ATA). Y es que a este sector se le acumulan los problemas. A la grave crisis que atraviesan se le junta el descenso de las ventas en sus negocios, la imposibilidad de realizar nuevos contratos de trabajo por las pérdidas en sus cuentas, los altos índices de morosidad, el retraso en el cobro de las facturas y las dificultades a las que se enfrentan si necesitan solicitar liquidez a una entidad financiera. Todo ello unido a la competencia desleal de más de 60.000 «empresarios fantasma» que mantiene su actividad en una economía sumergida, lo que agrava aún más si cabe su situación límite, así lo denunció la presidente de ATA en Castilla y León, Soraya Mayo, en la presentación del barómetro trimestral.

Con respecto al último punto de la economía sumergida, Mayo explicó que el viernes el Gobierno Central pondrá en marcha un «mini plan que de nuevo da la espalda a los trabajadores autónomos ya que lo que solicitamos es que se persiga la actividad irregular y se impongan duras sanciones», además apuntó la necesidad de que en los sectores con más incidencia como el comercio, los transportes y la construcción «se establezcan incentivos para que la gente que está fuera del sistema se reincorpore». A su vez denunció que las inspecciones «se ceban con las actividades regulares porque es más fácil perseguirlo que las sumergidas». En la rueda de prensa también estuvo presente el presidente de la Federación Nacional de ATA, Lorenzo Amor, quien señaló que a nivel nacional existen un millón de empresarios «que utilizan atajos y el Gobierno no hace nada para remediarlo». «Las contrataciones irregulares son fruto de la competencia desleal y no se puede solucionar una enfermedad tan grave con aspirinas» apuntó Amor, aunque señaló que «es difícil controlarlo si hay un inspector por cada 15.000 habitantes».

En relación a los datos ofrecidos por el barómetro, siete de cada diez autónomos aseguran que la crisis les ha afectado de pleno y tan sólo un 10% asegura que su negocio ha mejorado ligeramente, y para nueve de cada diez la actividad ha caído en picado.