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Se realiza en la Comunidad el primer «bypass» a una arteria cerebral dañada

La operación requiere una técnica compleja y sólo se practica en 5 hospitales españoles

Iñaki Arrese, el neurocirujano del Hospital Río Ortega que realizó la intervención.

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León

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El Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid ha realizado con éxito el primer ‘bypass’ que se práctica en Castilla y León a una arteria cerebral (carótida interna) que se encontraba dañada, según informa la agencia Ical. La intervención, que se llevó a cabo el pasado jueves durante más de nueve horas, permitió desviar el flujo sanguíneo por la carótida externa injertando vasos arteriales del propio paciente. Posteriormente, se cerró la anterior vía de suministro ya que presentaba un aneurisma, una dilatación que corría el riesgo de provocar una accidente cerebrovascular.

Se trata de una técnica en desuso desde los años 70 y 80, muy compleja y que sólo se práctica en unos cinco hospitales españoles, situados en Madrid, Barcelona y el País Vasco. Ahora, la neurocirugía la ha rescatado para tratamientos vasculares.

De momento, pocos especialistas la realizan ya que exige de una gran habilidad para dar a gran velocidad puntos en milímetros. Para ello, se entrenan con animales porque se utiliza solo en aquellos casos en los que no existe otra alternativa.

En el hospital vallisoletano la ha realizado el neurocirujano vasco Iñaki Arrese. El doctor, recién llegado al Río Hortega y uno de los pocos que la dominan en España, la ha importado desde el Hospital de Donostia, referencia en Euskadi en esta área. Indicó que además de un especialista que domine la técnica, esta operación, que supone realizar dos intervenciones, requiere de una organización integrada de profesionales de diferentes servicios –neurocirugía, radiología, Cuidados Intensivo, etcétera.

La paciente, una mujer de unos 60 años, presentaba un aneurisma –dilatación que puede conllevar la rotura de la arteria- en la carótida interna, la principal responsable de la irrigación del cerebro. No existía otra técnica para evitar que se interrumpiera el suministro a un hemisferio y que se desencadene un accidente cerebrovascular.

Para llevar a cabo la intervención el servicio de radiología sometió a la enferma a pruebas como la arteroscopia, para conocer cómo se nutría el cerebro. Ésta se complementa con las habituales de cualquier operación quirúrgica y con resonancias magnéticas y escáneres.

La primera de las dos actuaciones se inició efectuando una incisión en el cráneo para buscar una arteria «ideal» y «distal», es decir, «anterior» al punto en el que se encuentra dañada. En este caso, se optó por la carótida externa. A continuación, el equipo del doctor Arrese cosió o anastomosó el vaso sanguíneo, que comenzó a actuar en ese momento como un ‘bypass’, lo que permitió desviar el flujo sanguíneo y, por tanto, cerrar o clipar el aneurisma de la carótida. Esta operación simboliza el triunfo de la neurocirugía en el hospital vallisoletano.