Breves
Cerca del 75% de los dependientes son atendidos por la familia o voluntarios
El 25% del colectivo en la Comunidad acuden a diario un centro específico.
Una anciana dependiente recibe cuidados de una familiar en su casa.
Cerca del 75 por ciento de los 159.013 dependientes que viven en Castilla y León son atendidos por sus familiares o voluntarios, mientras que el 25 por ciento restante cuenta con un centro específico. Así lo pone de manifiesto el estudio Distribución territorial de la dependencia en España y en Europa , realizado por Antonio Rodríguez, Eva Rodríguez y Begoña Álvarez, profesores de las universidades de Santiago de Compostela y de Vigo y que se incluye en el número 129 de la revista Papeles de Economía Española, editada por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) y que está dedicada a analizar los aspectos económicos y sociales de la dependencia.
La implantación progresiva de la Ley de la Dependencia consagra en la actualidad el derecho a prestación a los dependientes clasificados en los grados II y III, así como en el segundo nivel del Grado I y pospone hasta el 2013 la incorporación del nivel 1 del Grado I. Pero no todos los dependientes reciben el mismo tipo de cuidados.
El estudio publicado en la revista de Funcas distingue entre los que reciben ayudas no remuneradas (cuidado informal), los que reciben ayuda remunerada (cuidado formal) y los que disfrutan de una combinación de ambas.
La inmensa mayoría reciben tan sólo cuidados informales provenientes de familiares o de voluntarios. En el caso de Castilla y León, el 25 por ciento de la población dependiente de grado I a III, se encuentra institucionalizada o lo que es lo mismo, atendida en un centro específico. Esta ratio tan sólo es superior en las comunidades de Navarra y Madrid.
De los 2,3 millones de personas consideradas como dependientes en España, 159.013 residen en Castilla y León, según el estudio. Es decir, el 6,2 por ciento de la población regional es dependiente.
Este nivel de prevalencia de la población con limitaciones físicas, psíquicas o intelectuales que requiere asistencia o ayuda para poder realizar las actividades de la vida cotidiana, especialmente las ligadas al cuidado personal, tan sólo es superado por Galicia, con el 6,6%. Tras Castilla y León se sitúa Asturias con una tasa del 6,16 por ciento y Extremadura con el 6,15 por ciento. En el polo opuesto se encuentran Madrid —región que contabiliza sólo un 3,8% de su población como dependiente—, Canarias, La Rioja y Baleares, comunidades que presentan porcentajes inferiores al 4,5%.
De los 159.013 dependientes de la Comunidad, el 50,12% tienen un grado de limitación que alcanza al menos 25 puntos, puntuación mínima en una escala que va hasta 100 para poder tener derecho a percibir prestaciones vinculadas a la Ley de la dependencia.