El interregno entre Zapatero y Rajoy
La andanada | Pedro Vicente
El interregno existente entre la salida de Zapatero y la llegada de Rajoy sigue siendo utilizado a conveniencia por los grupos parlamentarios de la Cámara Autonómica. Ya comentamos aquí como en el anterior pleno los socialistas daban por amortizado al gobierno en funciones y se apresuraban a hacer suyo -para su traslado a los nonatos ministros del PP- el rosario de reivindicaciones que ha mantenido la Junta ante el Ejecutivo central.
En el pleno de ayer el que se deslizó en esa misma dirección fue el procurador leonesista, Alejandro Valderas, quién había preguntado a Juan Vicente Herrera sobre la posición de la Junta ante el retraso que llevan los proyectos de integración del ferrocarril en León y su alfoz. Valderas dio por hecho que Herrera llevaría ese asunto a la reunión anunciada para mañana entre Rajoy y los presidentes autonómicos del PP. Y el presidente de la Junta precisó que mañana no se va a reunir con el presidente del gobierno, ocupándose de recordar que dicho cargo lo sigue ostentando «el mismo que anunció la llegada del AVE a León en el 2008», es decir, José Luis Rodríguez Zapatero.
Por lo demás Herrera no ocultó las dificultades financieras que tiene dicho proyecto, cuyo coste se ha triplicado respecto a las previsiones iniciales, reiterando en todo caso el compromiso contraído por la Junta para su cofinanciación junto a las demás administraciones implicadas. No fue el único incumplimiento en materia de infraestructuras reprochado ayer por la Junta al gobierno saliente. El socialista leonés Fernández Cardo suscitó el retraso -a su juicio por la pasividad de la Junta- en torno a la autovía León-Braganza. Y ante ello Antonio Silván aseguró que la Consejería de Fomento ha cumplido su parte, a diferencia del Ministerio, cuyos sucesivos titulares no han impulsado una obra que formaba parte de las inversiones prometidas en el famoso Plan Oeste.
Mientras el habitual cuerpo a cuerpo entre el presidente Herrera y el portavoz socialista, Óscar López, resultó repetitivo y no aportó nada nuevo -el primero volvió a denunciar los recortes sociales aplicados por la Junta y el segundo contestó negando la mayor-, mucho más vibrante fue el toma y daca protagonizado por la socialista Ana Redondo y el Consejero Silván a propósito del problema surgido en el inicio de la temporada de caza. «Han querido remediar en 48 horas lo que han sido incapaces de ordenar en 10 años», dijo Redondo, acusando a Silván de seguir los «mismos desdichados pasos de su antecesora» en la Consejería de Medio Ambiente. Silván se mostró «perplejo y sorprendido» ante la argumentación de la procuradora, quién en su opinión, una vez resuelto el problema, había perdido la oportunidad de «descargar la escopeta» y retirar su pregunta. Redondo se mantuvo en sus trece pidiendo además la dimisión del director general de Sostenibilidad Ambiental «por haber incitado a la insumisión y el desacato» y el consejero replicó afirmando que «usted va camino de la mentira patológica».
Por cierto que, en tanto la Junta niega sistemáticamente la aplicación de recortes sociales (ayer volvió a hacerlo el consejero de Educación, Juan José Mateos, en relación con las becas), Silván reconoció negro sobre blanco la «reprogramación» de determinadas inversiones a causa de los problemas presupuestarios. La confesión se la arrancó Valderas a propósito del llamativo retraso en adjudicar el proyecto licitado hace tiempo para rehabilitar el edificio que alberga la Casa de Cultura de Benavente.