La casa de todos abre sus puertas

La temperatura primaveral con que se desperezó ayer Valladolid hizo que cerca de un centenar de personas se reuniera ante las Cortes de Castilla y León aguardando la apertura de puertas del parlamento autonómico. Un grupo de 25 niños, con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años y pertenecientes al Club Deportivo San Pío X (antiguo C.D. Girón) de Valladolid, fue el primero en traspasar el umbral a las 11.00 horas, y ser recibidos por los miembros de la mesa de las Cortes al completo, con su presidenta, María Josefa García Cirac, a la cabeza.

En su primera jornada de puertas abiertas desde que tomó la posesión del cargo, García Cirac dio una cálida bienvenida al grupo de chiquillos, encabezado por el pequeño Hugo, al que dedicó un «muchísimas gracias por venir».

A su lado, el vicepresidente primero, Fernando Rodríguez Porres; el vicepresidente segundo, Julián Simón; la secretaria primera, María Isabel Alonso; y la secretaria segunda, Teresa Gutiérrez, secundados por la viceportavoz PSOE en las Cortes, Ana Redondo, acompañada por su hija Eugenia, daban la bienvenida a los más madrugadores.

Como explicaba a Ical Óscar Román, uno de los cuatro monitores del C.D. San Pío X que acompañaban a los pequeños, decidieron llevar a los chavales al parlamento autonómico para «pasar un día diferente todos juntos».

«Hemos querido traerlos porque al margen del deporte nos gusta hacer varias excursiones con los niños», detallaba.

Tras los niños, los más madrugadores para acceder al parlamento han sido este año Manuel Fernández, de 72 años, y su hija Mari Paz Fernández. Llegaron a las instalaciones 35 minutos antes de que abrieran las puertas, y eso le permitió a este jubilado zamorano afincado en Valladolid ocupar el lugar habitual del presidente Juan Vicente Herrera en el hemiciclo.

«Desde el 2008, el año después de que se inaugurará esta sede, hemos venido cada año a la jornada de puertas abiertas. Nos gusta llegar de los primeros porque así podemos acceder tranquilamente al hemiciclo y sentarnos en un buen sitio desde el cual esperar la llegada de la presidenta», recalcaba instantes antes de acceder al recinto.

«Nos gusta pasar un rato en camaradería con la gente, y pegamos la hebra con cualquiera», reconocía Manuel, que aseguró que cada año aprenden «algo nuevo» en su visita.

Él, como su hija, tienen claro qué es lo que más les gusta del parlamento: «La biblioteca», coinciden, si bien en general recalcan que «las instalaciones sin fabulosas». «Por desgracia no llegamos a conocer el parlamento cuando estaba en el castillo de Fuensaldaña. Nos hubiera gustado pero por cuestiones de trabajo o por enfermedad no pudimos», lamentó, a la vez que recordó la amabilidad de José Manuel Fernández Santiago.