VERLAS VENIR
La tajada de Renault
A veces, las sesiones de Cortes resultan más interesantes por las transparencias que por sus conclusiones. En el menú parlamentario se barajan grandes asuntos, de enunciado rotundo, pero se sustancian escasos provechos, porque el escenario no es propicio para las concesiones. Esta semana, sin ir más lejos, conocimos el compromiso de la inmediata entrega a Renault, por parte de la Junta, de entre once y doce millones de euros, que es el primer pico para el nuevo Plan Industrial. La concesión alegró el aniversario de su atribulado gobierno a Rajoy, que se acercó a celebrarlo a Villamuriel de Cerrato, en la antesala de Palencia. Había pasado con éxito el mal trago de las elecciones catalanas y por fin tenía la oportunidad de anunciar una buena noticia.
Las urnas catalanas demoraron también las primeras detenciones de un operativo anticorrupción que tiene entre sus afectados al diputado de origen ancarés, de Balouta, Daniel Fernández, hasta ese momento número dos del socialismo catalán. Dimitió de la secretaría de Organización, pero sigue con el fuero de diputado en Madrid. Antes, los emigrantes leoneses, si eran indianos, hacían santuarios, regalaban boleras o ponían fuentes en sus pueblos. Los dedicados a la política solían ser más bien revolucionarios, pero nunca dieron un quebradero de corrupción a sus paisanos. Recuerdo ahora a los anarquistas Ángel Pestaña (de Santo Tomás de las Ollas, que entonces todavía quedaba fuera de Ponferrada), Durruti (del barrio de Santa Ana) y Abad de Santillán (de Reyero), cuyas hazañas acendraban el orgullo de sus allegados en León.
También el socialista Ramón Rubial (descendiente de Robledo de las Traviesas, junto a Noceda) llenó de orgullo a sus compañeros de aquí. Con el paso del tiempo, los paisanajes se fueron esfumando, como ocurrió con el abolorio de Felipe González en Valverde de la Sierra. Cada vez que venía por León, bajaba del pueblo su primo Amancio, para sacarle los colores y recordarle la deuda de una visita, que finalmente hizo de tapadillo desde Magaz de Pisuerga, donde el socialismo regional instaló la sede de sus debates en tiempos de Jesús Quijano. También le pasó a José María Aznar, que apenas recordaba algún colocón juvenil de los veraneos leoneses en casa de su familia materna. Luego tuvimos un presidente de León y se apagó esa tendencia al pasmo con quien vuelve adornado por el éxito.
La tajada de Renault, que el procurador leonesista Alejandro Valderas levantó en el pleno del martes, parecía presagiar una generosidad equivalente a la hora de liderar el nuevo Plan del Carbón, cuya parálisis ni siquiera se disimula con reuniones. Después de la manifestación en Madrid del 11 de julio, que culminó la marcha negra de los mineros, este sector vital para la economía leonesa sólo ha ido recibiendo bofetadas. Y dado que es el mismo ministerio el que asiste solícito a la empresa automovilística y el que dio batacazo al carbón, existía la expectativa de conocer qué les dijo en negro el canario Soria a las autoridades de aquí. Porque se supone que hablarían de ello. Pero no han debido de ser buenas noticias las que hay sobre el carbón, porque de momento siguen sin anunciarse y nadie se ha apresurado a adornarlas con millones a fondo perdido.