Diario de León
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ernesto escapa
León

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Como ya no hay parné del rico para pagar las dietas a los consejeros de Ceiss, que es el nombre tonto que alguien les facturó para esconder las vergüenzas de Caja España y Caja Duero, pues los más listos se van dando de baja o marchan precipitadamente, excusando prisa. Desde junio, no hay reparto de botín. Claro que todavía en 2011, con la ruina comiéndose los ahorros del paisanaje, trocearon en euros para dietas hasta ciento cincuenta millones de las antiguas pesetas. Que es una pasta sangrante. El de las prisas del martes no corría para procesionar, sino para evitar que lo pillaran en la encrucijada del Portillo. El neurólogo Julio Fermoso es un medinense con raíces leonesas de Cembranos que fue rector de Salamanca y siete años presidente de Caja Duero, de cuya estancia obtuvo su jugosa participación en los consejos de Iberdrola Renovables, Uralita, Air Nostrum e Ibermutua.

En eso anda ahora.

Ceiss, que ya ni anda, significa Caja España Inversiones Salamanca y Soria. Un hallazgo que tampoco salió gratis, porque al margen de la abultada tarifa de la ocurrencia, mantuvo entretenidos durante medio año a varios de los empleados más solventes de las entidades en proceso de fusión, proponiendo siglas y acrónimos a los directivos, que casi nunca acababan de pillarles el sentido. Los mejores eran los que no seguían el conducto reglamentario, por irreverentes e incluso a veces cochinos. Pero hubieran sido las más acertados. Hace unos días, saltó el escándalo en Pamplona, a propósito de las dietas estrambóticas percibidas en Caja Navarra por altos cargos de la Unión del Pueblo Navarro, que a su volumen desmedido unían el agravante del cobro en racimo. En aquel momento, trabajadores de Caja España Duero plantearon el desafío de buscar, en cualquier entidad de ahorro del territorio, más dietas racimo que aquí. Hubo días de cuatro y más.

Pero pasan los meses, y las malas noticias quedan sepultadas por otras peores, aunque más allá de la persistente y dañina corriente de deterioro, no ocurre nada. Todo el esfuerzo parece concentrarse ahora en ser fagocitados por Unicaja, sean cuales sean las condiciones del trágala, y que Puri Fernández Borge de Medel nos acoja con compasión, que para eso es de Sahagún. La nacionalización puede colocar a sus directivos y consejeros ante los tribunales, como ha ocurrido en otras entidades con un balance similar. El consejo del martes se recluyó en la sede del Portillo, junto al psiquiátrico, para evitar las molestias de exponerse en Botines a la irritación general. Los resultados ofrecidos de tapadillo, con una nota vergonzante que echa las culpas al empedrado, no pueden ser peores ni más catastróficos. Reproducirlos una vez más, por rutina, sería contribuir a su aliño, como si resultaran soportables. Y no es el caso.

Las únicas certezas disponibles sobre la situación de Ceiss son su pretensión de seguir cerrando oficinas y poner en la calle a más de mil quinientos empleados, además de profundizar el rejo a los confiados ahorradores pillados en el embrollo de las preferentes, que ya pueden hacerse a la idea de que se han esfumado sus depósitos. Si luego salvan una parte, eso que tienen. La morterada de millones en retribuciones y créditos a directivos y consejeros sólo se descubrirá cuando los perjudicados por su gestión los lleven ante los tribunales. Y eso no va a tardar.

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