Diario de León
Publicado por
ernesto escapa
León

Creado:

Actualizado:

Todos de común acuerdo habíamos tomado esta semana sanjuanera como escenario de recuento y cavilaciones, para revisar la memoria en el retrovisor y otear el horizonte, porque el próximo martes toca debate anual sobre el estado de nuestros asuntos en las Cortes de Castilla y León. Pero ha sido precisamente ahora cuando en Bruselas han dicho basta a las largas cambiadas de Rajoy. De manera que va a tener que presentar otra muesca en la cincha de las reformas para calmar la voracidad de los vigilantes. Y ahora toca la reforma de las administraciones. Así que el viernes se aprobará solemnemente su adelgazamiento. Como ese proceso ha sido conducido desde el ministerio de Montoro, uno puede esperar de todo. Tenemos el precedente inmediato de las ventas atribuidas por la Agencia Tributaria a la infanta Cristina para intuir lo que nos aguarda. Y no es que las administraciones de Rajoy deban de quedar a salvo de reformas. Pero su ojo al diseñar menguas y recortes anda bastante extraviado.

Mientras repasábamos asuntos palpitantes para el debate del martes, recibimos el anuncio de que este viernes el Consejo de Ministros va a aprobar los términos de la reforma local. Ahora, con el barullo, ya no sabemos muy bien si es más urgente la defensa de nuestra identidad local o la demanda de un horizonte tangible para la alta velocidad, que desde hace años ha volcado sus inversiones millonarias en direcciones que la alejan cada vez más de nosotros. Como dijo el poeta, «ni es la torcaz benigna, ni es el cuervo protervo». Una y otro son formas del enigma que nos tiene en este aprieto. La minería ha ido quedando relegada al subsuelo de la desesperación, mientras en el ministerio de Industria se suceden reuniones y comités funerarios. Para qué. La expectativa del Ave nos dejó las fuentes secas por el tubo de la risa de Pajares y la capital con dos estaciones y ninguna operativa. Ahora a piarla. Porque, como en la fanfarria, tampoco tenemos tranvía, que aquellos millones se le escurrieron al alcalde Fernández entre los dedos.

Es más que probable que en el debate del martes no salgan estos asuntos, porque se refieren a competencias estatales y aquí somos muy hábiles para callar lo que duele y hablar de lo que menos importa. En todo caso, lo poco conocido de la caótica reforma administrativa es como para echarse a temblar. Montoro quiere hacer caja con el patrimonio de las juntas vecinales, que no dan gasto a nadie, mientras sus agencias estatales dilapidan millones con la estrategia de la escopeta de feria. Ahí está la morterada de millones que permanece opaca para la Agencia Tributaria, mientras enreda con el juego de las fincas, o los miles de millones enterrados durante la última década en el paso ferroviario de Pajares, que sólo van a servir para secar los manantiales de los valles de Gordón y Casares. Por ejemplo. Pero la urgencia de la reforma es acabar con las juntas vecinales y agobiar a los pequeños municipios. Cuando el agujero gordo está donde todo el mundo sabe.

Por decoro y vergüenza, tampoco debiera pasar inadvertido en el debate el drama de las víctimas del engaño de las preferentes. De las Cortes salieron los nombramientos de quienes han conducido a nuestras entidades de ahorro al pozo de la insolvencia, llevándose por delante los ahorros y la buena fe de su clientela de siempre. Y esa faena no admite un pase de aliño.

tracking