Un nicho de empleo para el colectivo femenino dentro del entorno rural
Isabel Marcos recordó los ajustes presupuestarios adoptados para cumplir el plan de estabilidad en las cuentas públicas. También, señaló que el 22 por ciento de las plazas se encontraban vacantes por lo que si no se potenciaban los cuidados profesionales el sector tendría que cerrar centros y destruir empleos. Además, indicó que la mayoría de los cuidadores de grandes dependientes eran mujeres del medio rural por lo que en un periodo de tiempo se convertirían en dependientes, complicando la prestación de servicios.
Ante este escenario, Marcos subrayó que la Junta de Castilla y León decidió apostar por la estabilidad de la Dependencia y de la red de servicios sociales de la Comunidad. Para ello, recordó la consejera, se plantearon tres «retos»: garantizar la capacidad económica suficiente para adquirir servicios profesionales; ofertar servicios profesionales alternativos al cuidado familiar en el domicilio y garantizar que los centros residenciales adecuen su oferta a la demanda, promoviendo un cambio de modelo basado en la atención individualizada y en un ambiente «hogareño».
La consejera subrayó que la reducción de las ayudas a cuidados familiares, que la Junta incrementó con una rebaja adicional del 15 por ciento se compensó con un aumento de las destinadas a cuidados profesionales con aumentos del 20 y el 74 por ciento, respecto a lo fijado en la ley estatal.