El Ceiss, obligado a actuar contra la compra para evitar responsabilidades

Los consejeros del banco Ceiss conocieron de primera mano, el jueves pasado en el Consejo extraordinario que duró cinco horas, los informes jurídicos en los que se dejan claras las «negligencias» que el ex director general de Caja Duero, Lucas Hernández, y el actual director general de Ceiss y en el 2007, cuando se compró el edificio de Valencia, responsable del departamento de Desarrollo Corporativo, José María de la Vega, cometieron cuando autorizaron la operación de compra de la sede de Caja Duero en la capital del Turia.

Pero, además de tener conocimiento de los entresijos de la ruinosa compra por parte de Caja Duero, que pagó un sobrecoste de dos millones por el edificio, el Consejo del banco Ceiss supo también de la obligación que tenía de actuar.

Una obligatoriedad que queda reflejada con una claridad absoluta en uno de los informes jurídicos leídos en el Consejo del banco, según constatan a este periódico fuentes de la dirección de la Caja en Salamanca.

De hecho, estas mismas fuentes explican que en en los informes se deja claro que, si los consejeros de Ceiss finalmente decidieran no tomar actuación alguna sobre las acciones que se especifican en los informes, correrían el riesgo en un futuro de estar actuando de manera «negligente».

Una actuación que, de confirmarse y según las fuentes de la Junta que también han tenido conocimiento a los informes jurídicos que se leyeron a los consejeros y los miembros de la comisión ejecutiva que estuvieron presentes en la reunión ordinaria del jueves, haría que se pudieran dirigir contra los consejeros las mismas acciones civiles y penales, que se se especifican en las conclusiones de ambos informes.