El Banco de España aconsejó reducir riesgo con Nozar pero Hernández dio más créditos

Tres altos cargos de la extinta Caja Duero declararon ayer como imputados en el Juzgado de Instrucción Nº 52 de Madrid por posibles responsabilidades en diversas operaciones ruinosas con la constructora Nozar, realizadas entre 2007 y 2008, que deterioraron las cuentas de la entidad financiera.

José María de la Vega, ex director de Desarrollo Corporativo y actual presidente de Ceiss;_Julio Fermoso, ex presidente de Caja Duero, y Lucas Hernández, ex director general de la caja salmantina, respondieron a decenas de preguntas de los abogados de todas las partes menos de la que representa en el caso al banco de Caja España-Duero (Ceiss), que fue quien presentó la denuncia en el Juzgado.

Según fuentes judiciales, Hernández aseguró ayer que el Banco de España aconsejó a la entidad que redujera riesgos con Nozar, que estaba a punto de entrar en concurso de acreedores. El ex director general intentó con esta explicación justificar la compra del edificio Titán de Madrid por 55,8 millones, una cuantía que supuso un sobrecoste millonario para la entidad.

Sin embargo, esta supuesta recomendación del Banco de España contrasta con el hecho de que un mes después de la compra, en abril de 2008, Caja Duero concedió a la constructora un préstamo superior a 30 millones de euros con garantía de participaciones de tres filiales que sufrían un gran deterioro.

De acuerdo con fuentes de una de las partes, Hernández sugirió que fue el director de Banco de Empresas, José Luis de la Mano, quien mantuvo los contactos con Nozar y el técnico de Riesgos, Juan Ramón Sagaminaga, el que hizo la propuesta técnica.

Al respecto, el ex presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, vino a decir que Nozar pidió a la entidad 63 millones de euros, siete más de lo que finalmente pagaron.

Investigación

La ‘operación Nozar’ no fue vista con buenos ojos por Unicaja. Según fuentes jurídicas, el actual director general de Ceiss, José María de la Vega, reveló que el comité de Riesgos común Unicaja-Ceiss pidió que la operación fuera investigada por el consejo de administración del banco, sin que haya trascendido si se llevó a efecto o no. La declaración de los tres ex altos cargos de Caja Duero comenzó a las 9.50 horas de la mañana. Los primeros en llegar a los juzgados de la plaza de Castilla de la capital de España fueron Julio Fermoso y José María de la Vega. Ambos lo hicieron por la puerta secundaria, posiblemente con la intención de eludir las cámaras de prensa y TV. Muy pegado a la hora de la citación entraba por al puerta principal Lucas Herrnández, ex director general de Caja Duero, que llegaba a las 9.28 horas en medio de una tromba de agua y protegido con el paraguas por su abogado con el indisimulado objetivo de tapar las cámaras.

Las declaraciones como imputados duraron dos horas. El primero en entrar en la sala del Juzgado del Instrucción Nº 52 fue Julio Fermoso. Eran las 9.50 de la mañana y el ex presidente salía 54 minutos después junto a su letrada. A la salida, y mientras leía el acta de su declaración, manifestó a este periódico que se sentía tranquilo. No quiso hacer más manifestaciones y enseguida abandonó la sede de los juzgados.

El segundo en hacerlo fue Lucas Hernández, que se mostró aparentemente relajado antes y después de entrar en la sala con el juez y todos los abogados, donde estuvo 33 minutos. «Todo ha ido bien», señaló a los periodistas a su salida.

El director general de Ceiss fue el que menos tiempo estuvo declarando. Apenas once minutos permaneció en la sala con los abogados del banco denunciante y del resto de implicados en el caso.

Según uno de los letrados presentes en la declaración, el ex presidente de Caja Duero, Julio Fermoso, aseguro no recordar quién le planteó la ‘operación Nozar, pero sí precisó que fue el director general, Lucas Hernández el que lo trasladó a la comisión ejecutiva.

Al respecto, y siempre según fuentes jurídicas, el ex director general de Duero subrayó que él no era miembro de la comisión ejecutiva ni del consejo de administración. Hernández pretendió desmarcarse de la operación alegando que desconocía los aspectros técnicos y que eran los especialistas de la entidad los que analizaban su contenido.

Al parecer uno de los letrados intentó aclarar cuáles eran en 2007 y 2008 los vínculos de los ejecutivos de Caja Duero con la familia Nozaleda, propietaria de Nozar. Julio Fermoso llegó a precisar que los conoció en una reunión antes de la operación y subrayó a petició de uno de los abogados que no se había beneficiado de la compra del edificio.