Diario de León

De la Riva: «Aquí empezó Aznar un proyecto que permitió los mejores 8 años en democracia»

El alcalde recuerda que Castilla y León y Valladolid «no son graneros de votos cautivos».

León de la Riva durante su intervención ayer en la Convención del PP.

León de la Riva durante su intervención ayer en la Convención del PP.

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f. martín | valladolid
León

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El ex presidente del Gobierno José María Aznar estaba ayer lejos de Valladolid, pero el alcalde de la ciudad, Javier León de la Riva, se encargó de que su nombre y su figura estuvieran presentes en la inauguración de la Convención Nacional del PP. León de la Riva se saltó una vez más el guión, demostró de nuevo que la corrección política no es lo suyo y no sólo nombró a Aznar, ausente en una cumbre en lo que todos interpretan como un claro desplante al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sino que reivindicó sus años al frente del país como los más prósperos de la etapa democrática. Y todo ello ante un Rajoy que retorció el gesto, captado por las cámaras de televisión, cuando el alcalde recordó la figura del ex presidente, con el que fue consejero de Cultura en la Junta de Castilla y León.

León de la Riva no podía desconocer que cualquier mención a Aznar era poco oportuna ayer, pero recordó que fue Castilla y León donde el ex presidente del Gobierno empezó en 1987 un «proyecto político» que permitió al PP «acceder al Gobierno de España y disfrutar de los mejores ocho años que ha conocido la democracia».

Es posible que la suya sea de las pocas alusiones directas a Aznar en una Convención en la que su ausencia ya ha hecho correr ríos de tinta .

Anfitrión de la Convención Nacional del PP que se celebra en Valladolid hasta mañana domingo, a León de la Riva le tocó la intervención inaugural. Fue un discurso breve, trufado con alusiones a la política nacional, pero centrado también en glosar lo estupenda que está la ciudad en la que gobierna con mayoría absoluta desde hace 18 años. León de la Riva acudió al Centro Cultural Miguel Delibes dispuesto a hablar de su libro, de Valladolid, y a venderlo ante tan distinguido auditorio, que diría el escritor Francisco Umbral, vallisoletano de adopción.

Pero no dejó pasar la oportunidad para lanzar algunas de sus habituales andanadas, las de alguien que presume de no callarse tampoco ante su partido; ni ante los de aquí, los de Castilla y León, ni ante los de Madrid.

A todos les recordó que Valladolid y Castilla y León son dos plazas fuertes del PP desde hace años, pero no hay que confiarse. El aviso lo lanzó ante la cúpula nacional y regional del PP, con el presidente del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente del Ejecutivo regional, Juan Vicente Herrera, a la cabeza.

Más allá de la ubicación de Valladolid, de su seguridad, de su capacidad hotelera, el alcalde interpretó la elección de la ciudad para la Convención como un reconocimiento a los 27 años de gobierno del PP en la Comunidad y a las seis elecciones seguidas ganadas en la ciudad, siempre con él como cabeza de cartel. Pero advirtió a renglón seguido de que «nadie se piense que éste es un granero de votos cautivos: hay que ganárselo día a día».

Crítico desde el primer momento con la subida del IVA cultural hasta el 21% -se lo recordó por carta al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro- ayer se erigió en portavoz de «todos los alcaldes de España» para pedirle a Rajoy que reconsidere al medida «ahora que la macroeconomía parece encauzada». Al presidente del Gobierno le reclamó que, al igual que han rebajado el IVA para las transacciones de obras de arte, una decisión de alcance limitado a un sector de la población minoritario, con mayor motivo hagan lo propio y lo reduzcan para acudir al cine, al teatro o a un concierto, espectáculos «a los que casi todo el mundo puede acudir».

Más subliminal, aunque claro, fue el mensaje sobre el órdago secesionista planteado por Cataluña. Para ello echó mano de la historia y se remontó nada menos que a los Reyes Católicos, al año 1469 en concreto, para recordar que fue en Valladolid «donde se fraguó el inicio de la nación española», incluidos aquí el Principado de Cataluña, el Condado de Barcelona y Valencia, rematada la unificación con la toma de Granada.

A la vista de estos antecedentes, dijo que le produce «sonrojo que a estas alturas» se diga que antes de la nación española «existían otras naciones en el territorio español». Pero este debate, añadió, se lo dejó para «Alicia Sánchez-Camacho», la presidenta del PP en Cataluña.

En tono medio en broma medio en serio, tuvo una mención especial para Montoro cuando pidió perdón a los asistentes a la Convención «por no haber encendido la calefacción de las calles debido a las restricciones del ministro Montoro». De paso, le recordó que «los ayuntamientos no son los que generan el déficit en las cuentas del Estado».

Lanzado ya su mensaje en clave nacional, todo lo demás en su intervención fue Valladolid, el Pisuerga, Delibes, Cervantes y todas las iniciativas puestas en marcha por su equipo de gobierno en un repaso que debió sonar extraño a los foráneos, pero ya muy reiterado para los locales. Fue la parte dedicada al autobombo.

León de la Riva volvió a echar mano de datos ya conocidos sobre la baja presión fiscal, presumió de la calidad del aire que respiran los vallisoletanos, de la limpieza de las aguas del Pisuerga y de sus calles - «si alguien tira un papel es forastero», afirmó- y recordó que es la única ciudad con rutas medidas en kilocalorías; la última novedad en la oferta del Ayuntamiento.

No se olvidó de recordar que Valladolid no ha recurrido a créditos para el pago a proveedores, que su nivel de endeudamiento está bastante por debajo de lo que permite la Ley de Haciendas Locales y que cerró el último ejercicio presupuestario con superávit. «No pretendemos dar lecciones a nadie, pero lecciones de austeridad las justas», dijo el regidor.

Y no faltó un repaso a los atractivos turísticos de la ciudad. Aquí citó la Cúpula del Milenio, la ruta Ríos de Luz, su gastronomía, sus vinos, «algunos de los mejores del mundo», para invitar a todos a regresar a Valladolid. La próxima vez prometió tener encendida la calefacción de la calles.

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