Diario de León

SEGOVIA

Una prisión para poder enseñar

Sepúlveda (Segovia) convertirá su vieja cárcel del siglo XVIII en un centro de interpretación de la reclusión .

Vista exterior de la vieja cárcel de Segovia que se convertirá en el centro de interpretación de la reclusión.

Vista exterior de la vieja cárcel de Segovia que se convertirá en el centro de interpretación de la reclusión.

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m.c.c. | segovia
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La vieja cárcel de Sepúlveda, un edificio del siglo XVI que fue prisión de la villa segoviana hasta hace 50 años, se convertirá muy pronto en centro de interpretación de la reclusión, con una mirada que prime al mismo tiempo el valor de la libertad.

Dos ideas en un mismo proyecto que será posible gracias a la colaboración de la Fundación del Patrimonio Histórico y el Ayuntamiento de Sepúlveda. Se espera que en cinco meses, según sus promotores, concluyan las obras de intervención. En su rehabilitación trabajan ahora mismo ocho profesionales especializados de distintos ámbitos, como antropología, museografía, historia, arqueología, diseño gráfico y arquitectura.

El edificio, con una superficie de 400 metros cuadrados, se acondicionará para acoger una exposición permanente, «destinada a mostrar, con carácter didáctico y divulgador, el uso y las formas de vida en estas cárceles, con sus implicaciones sociales e históricas, lo que lo convertirá en un recurso patrimonial para dinamizar esta comarca segoviana», explican desde la Fundación Patrimonio Histórico.

El proyecto gira en torno a la idea de reclusión en sus distintas facetas, como acto voluntario o involuntario de privación de libertad física. El visitante podrá experimentar y conocer también cómo vivían los presos, cómo se impartía justicia y las costumbres y usos sociales relacionados durante siglos. En total, tres plantas.

Nada más entrar, en la planta baja, además de la historia del edificio, la visita empezará con una reflexión: la idea del cuerpo como cárcel del alma, tal como pudieron sentirlo místicos como Santa Teresa de Jesús, y ascetas, como San Jerónimo. A continuación, la literatura escrita entre rejas o sobre ellas centrará el discurso, con fragmentos de Fray Luis de León, Cervantes, Miguel Hernández, Quevedo, Jovellanos o San Juan de la Cruz. Los visitantes podrán leer en una tableta, a modo de biblioteca virtual. Esta planta baja se completará con información sobre Sepúlveda, con una maqueta y un montaje audiovisual.

En la primera planta, se toca el tema de la reclusión de la mujer, el honor encarcelado en palacio y casas hidalgas que se revelan como una noble prisión, la educación diseñada para mantener a la mujer en la esfera privada, durante largos periodos de la Historia, o los modos de evitar ese encierro de género. «También encontraremos la celda del espíritu, la reclusión voluntaria de monjes y eremitas que buscan la salvación del alma a través de la soledad, la oración, el trabajo y la represión del instinto, con ejemplos de distintas órdenes monásticas y ermitaños, como San Frutos», explican desde la Fundación. Las ciudades amurallas, vistas como una prisión ciudadana de la vida intramuros o las cárceles y prisiones concebidas a tal fin cierran este nivel en el que los niños encontrarán varios juegos interactivos, de prismas o multimedia.

Finalmente, la segunda planta se dedica a reflejar cómo era la vida en la cárcel de la villa de Sepúlveda en cada uno de sus espacios: celdas de hombres, de mujeres, calabozo, baños, cuarto de guardias y administración, y la relación entre presos y carceleros.

Todo para entender una realidad como la vida misma. La privación de libertad.

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