Otros dos positivos en Palencia elevan ya a siete los casos de tularemia
. Tres de los afectados consumieron cangrejos de río, mientras se investiga las causas de los otros cuatro.
La Junta de Castilla y León ha confirmó ayer, mediante las pruebas analíticas correspondientes, que hay siete personas afectadas por la tularemia en Palencia y que otras 11 se mantienen como casos sospechosos.
De los siete casos confirmados solo una persona, de avanzada edad y con patologías previas, permanece ingresada en el Hospital Río Carrión de Palencia, mientras que el resto evolucionan favorablemente sin ingreso hospitalario, según informó la Junta de Castilla y León en un comunicado.
El resto de los casos posibles, otras once personas, se están evaluando para determinar si tienen alguna relación con esta enfermedad infecciosa que trasmiten animales como las liebres o los topillos y que se conoce popularmente como la ‘peste de los conejos’.
Tres de los casos confirmados han sido por ingerir cangrejos, según señaló un portavoz de la Consejería de Sanidad a este periódico, y el resto están en proceso de análisis.
El brote, en esos tres casos, según algunas fuentes, podría estar relacionado con las aguas donde fueron recogidos, que podrían estar contaminadas por animales muertos.
El mismo portavoz de Sanidad recordó que la tularemia es una enfermedad «endémica» y resaltó que se han puesto en marcha todas las medidas sanitarias exigibles para estos casos.
El Servicio Territorial de Sanidad y la Gerencia de Área de Salud en la provincia mantienen la vigilancia en los ámbitos de Salud Pública y de Atención Primaria y el tratamiento sanitario de personas que presenten una sintomatología clínica compatible con la enfermedad de la tularemia, de declaración obligatoria. Además se han reforzado los sistemas de vigilancia y las instrucciones a los profesionales sanitarios para la detección activa de posibles casos y la información a la población en general, informa Efe.
Las actuaciones preventivas ante esta enfermedad consisten en evitar el contacto con animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales, evitar el consumo de aguas no controladas sanitariamente, y no manipular piezas de caza sin guantes. También se aconseja utilizar ropas protectoras y productos repelentes.