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Alimentación, transporte y químicas superan las ventas antes de la recesión

A pesar de esa mejoría la industria manufacturera pierde 2.500 millones de euros.

El pimiento es un referente manufacturero en el Bierzo.

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León

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La dinamización industrial se encuentra en la base de la política económica diseñada por el Ejecutivo autonómico para los próximos años como cuestión sine qua non con la que se podrá lograr una recuperación estable de la actividad económica y del empleo de los castellanos y leoneses. El reto pactado con los agentes económicos y sociales es lograr que el sector manufacturero llegue a suponer el 20 por ciento del PIB autonómico en 2020, cuando en la actualidad no llega al 15 por ciento, bajo el paraguas de la diversificación, pero sobre todo, con el aprovechamiento de los recursos endógenos sobre los pilares de las industrias más maduras, la alimentación, el transporte y las químicas, que ya superan sus ventas del periodo de bonanza previo a la gran recesión.

900 millones

Estas tres ramas constituyen sin duda el referente industrial de Castilla y León, con 16.228,6 millones en ventas en el año 2013, el 61,7 por ciento del total comercializado por el sector manufacturero autonómico. Ese dato refleja el potencial de estas actividades para que la Comunidad logre sus retos y gane el futuro, ya que supone un aumento del 5,7 por ciento respecto a los valores que alcanzaron en 2007, con un aumento en cifras absolutas en casi 900 millones de euros, según los datos de que dispone el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La industria alimentaria es sin duda el faro que alumbra el camino, con un volumen de ventas en 2013, de 7.870,6 millones de euros, la de mayor peso autonómico, con un crecimiento respecto a los valores del año en el que el signo económico cambio, del 4,9 por ciento.

Referente

La industria de material de transporte continúa siendo, por su parte, el referente tecnológico e industrial de la balanza comercial regional durante el último medio siglo, en una autonomía con tres constructores de automoción (Renault, Nissan e Iveco) y alcanzó unas ventas en 2013, de 6.442,6 millones, con un avance moderado de 0,6 puntos.

En cuanto a las industrias químicas, muy marcadas por la expansión farmacéutica, constituyen el tercer subsector por peso, con ventas por 1.915,4 millones de euros, y un importante crecimiento respecto a 2007, del 32,4 por ciento, siempre según las cifras que facilita el INE.

Pero la fortaleza que han demostrado estas actividades para capear la crisis no ha sido óbice para que el conjunto del sector manufacturero industrial haya sufrido profundamente las consecuencias de la recesión, como lo demuestran los números que se han ido acumulando a lo largo de estos años de duración. Y es que desde 2007 hasta el pasado ejercicio, el conjunto de la industria manufacturera de la Comunidad redujo sus ventas en casi 2.500 millones de euros, con un descenso porcentual del 8,5 por ciento, hasta los 26.269,4 millones en 2013, aunque también se espera que comiencen a mejorar en lo sucesivo.

Retroceso

La consecuencia más palpable de este retroceso está en el empleo que se ha perdido en la industria, con unas actividades que pasaron de los 166.800 ocupados en el año 2008, a los 124.400 a finales del año pasado, lo que supone una pérdida de 36.400 trabajadores.

Sin embargo, la industria autonómica, bajo los pilares de sus actividades señeras, se comportó mejor que la media de España, donde las ventas se desplomaron un 16,9 por ciento, hasta los 369.629,48 millones, es decir, 8,4 puntos más. Castilla y León es un referente en España, por su industria manufacturera, ya que acaparó el año pasado el 7,1 por ciento de las ventas totales en España, y se situó en el sexto puesto en el ranking autonómico por volumen, sólo por detrás de Cataluña (22,7 por ciento); Andalucía (12 por ciento); País Vasco (9,8 por ciento); Valencia (9,7 por ciento); y Galicia (7,3 por ciento).

Ramas

Por ramas y en términos porcentuales, las que más rebajaron sus ventas desde 2007 hasta el ejercicio pasado, fueron los muebles y otras manufacturas (93 millones), con un descenso del 83,6 por ciento; seguidas por las industrias del cuero y calzado (6,5 millones), un79,5 por ciento; textil y confección (102,5), un 60,5 por ciento; los productos minerales no metálicos (759,5 millones), un 60,2 por ciento; madera y corcho (371,5), un 52,5 por ciento; productos metálicos (1.416,8), un 30,8 por ciento; maquinaria, productos informáticos, electrónicos y ópticos (1.480,9), un 24,5 por ciento; producción, primera transformación y fundición de metales (700,7), un 28,6 por ciento; papel, artes gráficas y edición (702,5), un 20,8 por ciento; y manufacturas del caucho y plástico (1.850,4 millones), un 10,1 por ciento.

PIB

El VAB de la industria manufacturera sufrió su mayor desplome entre 2008 y 2009, cuando cayó un 8,3 por ciento; para subir los dos ejercicios posteriores un 6,8 y 2,2 por ciento; y descender en 2012, un 1,1 por ciento; y en 2013, un cuatro por ciento.

Unas variaciones acompasadas a los movimientos globales de la economía de la Comunidad, en cuyo conjunto han mantenido con ligeras modificaciones su peso. En concreto y según las cifras de Contabilidad Regional de España, la industria manufacturera suponía el 14,8 por ciento de la economía de Castilla y León, en 2008, para pasar al año siguiente, tras su desplome, al 14 por ciento, subir al 14,6 por ciento en 2010; al 14,9 por ciento en 2011; e iniciar un nuevo descenso en 2012, hasta el 14,8 por ciento; y el ejercicio pasado, hasta el 14,4 por ciento.

Así, un largo camino y mucho trabajo aún falta por hacer a los responsables políticos, a los sindicatos UGT y CCOO y a la patronal Cecale, para alcanzar el reto marcado en el II Acuerdo Marco para la Competitividad, que fija el objetivo de que estas industrias supongan en 2020 el 20 por ciento de la economía regional, es decir, su peso debe avanzar cinco puntos en el global del PIB, algo por lo que tendrán que trabajar en lo sucesivo.