La lluvia, el granizo y la nieve no deslucieron la inauguración
La lluvia, la nieve y el granizo no deslucieron la inauguración en Ávila. Bajo los paraguas y en medio de un intenso aguacero, granizo y más tarde de nieve, la reina recorrió dos de las tres sedes de esta muestra antes de dirigirse hacia Alba de Tormes (Salamanca).
A su salida de la iglesia de San Juan, después de iniciar la visita en la Capilla de Mosén Rubí, la reina rompió el protocolo para departir con un nutrido grupo de chavales que gritaba: «¡Queremos ver a la reina! y «¡Sofía, Sofía!». Ese instante coincidió con el momento más desapacible de la jornada, aunque la madre de Felipe VI respondió a los periodistas que le preguntaban por el mal tiempo, restando importancia a la adversa meteorología: «No me importa nada».
Precisamente, la meteorología condicionó el desarrollo de una itinerario en el que estaba previsto que la reina se trasladase a pie desde la Capilla de Mosén Rubí hasta la cercana iglesia de San Juan.