Diario de León

Castilla y León pierde más de 160.000 € por cada MIR que deja la Comunidad

Sacyl quiere premiar a los mejores residentes y poner freno a la sangría de sanitarios.

Reunión de médicos internistas residentes.

Reunión de médicos internistas residentes.

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Ni Castilla y León ni ninguna otra comunidad autónoma puede permitirse el lujo de perder una inversión superior a los 160.000 euros por cada médico que abandona la Comunidad, 160.000 euros que es lo que cuesta de media, en formación y sueldo, preparar a un residente cuatro años para que pueda ejercer. La Junta reserva cada año en sus presupuestos unos 55 millones de euros, 56,5 este 2015, para cubrir esta formación que se escapa con cada profesional que decide emigrar.

Los últimos datos de la Organización Médica Colegial arrojan una sangría de casi 400 profesionales en los últimos tres años, motivado por lo valorados que están los profesionales que salen de las universidades y los hospitales de Castilla y León y los consiguientes incentivos que reciben. No es que el problema del paro azote a la profesión como puede ocurrir en otros sectores, pero sí se deja sentir, y muchas veces la inestabilidad laboral y las condiciones salariales son una invitación a un viaje de ida aún sin vuelta.

La situación no es exclusiva de Castilla y León. Afecta al conjunto del Sistema Nacional de Salud y requiere de una planificación nacional que fidelice médicos y que ajuste la oferta a la demanda. «No es normal que en unas especialidades falten médicos y en otras sobren a manta», explica el presidente del Consejo de Colegios Profesionales de Médicos de Castilla y León, José Luis Díaz Villarig, quien lamenta que se esté dejando escapar el talento de gente «joven y muy preparada» que se ve atraída por «condiciones económicas interesantes»: los médicos ingleses, norteamericanos y suizos cobran hasta tres veces más. En esta balanza pesa también, y mucho, la temporalidad de los contratos. «No podemos tener una bolsa de médicos en paro para contratarlos en vacaciones, o para ofrecerles contratos de días, semanas o algún mes».

El colectivo reconoce que la solución, una planificación estatal, no es sencilla. Exige un análisis y un estudio para determinar las necesidades reales de médicos para cubrir vacaciones, jubilaciones, bajas, controlar los licenciados que salen de las universidades, cuadrarlo con las demandas asistenciales de la población... Una tarea «compleja» que hay que exigir porque el «país no puede formar profesionales, a los que cuesta un dineral instruir, para exportarlos a otros países».

A juicio de Consejo de Médicos las autonomías tampoco están actuado de forma lógica. Así, critica que el denominado plan de jubilaciones de la Junta, cuyo objetivo residía en rejuvenecer las plantillas, se haya quedado en una fórmula para amortizar puestos de trabajo. «Muchas de las plazas sobre plantilla no se han cubierto, y lo que vemos es que se perjudica al sistema que no sólo tiene menos profesionales, sino que, además, ha perdido mucha experiencia». «Lo que necesitamos es un plan de incentivación y de contratación en función de las necesidades reales de Castilla y León, concursos periódicos y contrataciones que se prolonguen en el tiempo. No podemos funcionar con los médicos justos y no es humano que tengamos una bolsa de profesionales en paro par cubrir 15 días las necesidades del sistema».

Premiar a los mejores

Para frenar esta sangría, la Consejería de Sanidad ha aprobado un programa para el reconocimiento e incentivación laboral de los mejores profesionales que finalicen este año su residencia en los centros de Sacyl, que reside en un contrato eventual de tres años. Aparte del sueldo, las actividades de investigación que resulten seleccionadas contarán con una financiación máxima de 1.000 euros. No es que para los médicos sea la mejor estrategia, ya que lo ven más como un postgrado que como un sistema de contratación, pero es «interesante, sin más».

La idea es promover el desarrollo de las capacidades de investigación de quienes hayan completado su formación, tanto médicos como enfermería, premiando oficialmente su esfuerzo por implicarse en los objetivos de la organización. Para esta primera edición se han convocado 15 plazas, de las que cuatro son para Medicina de Familia y Comunitaria, nueve para el resto de especialidades médicas y dos para Enfermería. Este año podrán presentarse un total de 438 residentes, de los que 375 son médicos y 63 enfermeras.

Ajustar la oferta

Lo cierto es que el paro, la emigración y la proliferación de nuevas universidades están provocando desajustes en el modelo que obliga a tomar medidas, una de ellas a través de la oferta de plazas para la formación de especialistas que en Castilla y León ha venido ajustándose en los últimos tres años para intentar un relevo generacional ajustado para que no existan demasiados médicos en paro y evitar también que se vayan al extranjero.

Este año, la oferta de formación se de especialistas se ha cubierto de manera íntegra en Castilla y León. Se han adjudicado las 429 plazas ofertadas, de las que 81 se corresponden con enfermería; 25 con otras titulaciones (Farmacia, Química, Biología, Psicología clínica, Radiofísica) y el resto, 323, a titulados en medicina (87 en Medicina de Familiar y Comunitaria y 236 otras especialidades médicas).

En esta convocatoria las especialidades favoritas han sido Dermatología y Cardiología tanto en Castilla y León como a nivel nacional, así como Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, ya que se consiguieron adjudicar todas las plazas en el primer día, y Dermatología, donde finalizó la adjudicación el segundo día. Además de éstas, en Castilla y León se agotaron los primeros días Aparato Digestivo, Cirugía Maxilofacial, Cirugía Ortopédica y Traumatología.

En el caso de enfermería, la especialidad de Enfermería de Atención Familiar y Comunitaria ha sido, junto con la de Matrona, la favorita en Castilla y León, y las de Enfermería de Salud Mental y la Pediátrica, la que se adjudicaron más tarde.

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