La financiación bancaria al sector público alcanza los 5.314,4 M€
La inversión crediticia privada se retrotrae por el contrario a niveles de hace una década.
El sistema bancario había financiado al sector público en Castilla y León con 5.314,4 millones de euros al término del primer trimestre de 2015, el máximo nivel de la serie histórica que facilita el Gobierno regional; mientras que los créditos a la actividad privada se situaron en 47.117,2 millones, una cifra que retrotrae la inversión crediticia en la Comunidad una década (hasta 2005, cuando se contabilizaron 41.972,4 millones).
La financiación bancaria al sector público ha crecido de forma exponencial durante toda la crisis «financiera» mientras que los apoyos a la actividad privada tomaron el camino contrario, con una merma profunda por la parálisis de la actividad. Tomando como referencia el año de arranque de la primera recesión, los fondos absorbidos por las administraciones públicas se han multiplicado por tres (1.769 millones en 2007); mientras que los créditos privados se han desplomado un 25,4 por ciento (62.162,6 millones en 2007).
Las incipientes cifras macro de la recuperación del año pasado no han invertido la tendencia, y respecto al ejercicio anterior, la financiación al sector público del primer trimestre de 2015, supone un crecimiento del 24,1 por ciento, 1.032,2 millones más. Frente a esta demanda voraz de fondos por parte de las administraciones públicas durante los últimos doce meses de estudio, la atonía del sector privado siguió siendo patente, con una rebaja de la inversión crediticia del ocho por ciento, hasta los 47,117,2 millones, es decir, 4.093,7 millones menos.
En su conjunto la inversión crediticia del sistema financiero alcanzó al cierre de marzo de este año los 52.431,7 millones de euros, que reflejan un descenso del 5,5 por ciento en relación a la misma fecha del año anterior.
Por lo que se refiere a los depósitos, registraron una tendencia a la baja, aunque mucho más moderada. Los ahorros públicos alcanzaron los 2.629,7 millones de euros, casi la mitad del máximo alcanzado en 2011, de 4,181,4 millones, y un 7,8 por ciento menos que en el primer trimestre de 2014. Los depósitos privados, 62.461,8 millones de euros al cierre de marzo, también mermaron, aunque sólo un 1,8 por ciento respecto a 2014, cuando se alcanzó el récord de la serie, con 63.599,9 millones de euros. En global, los depósitos del sistema bancario de la Comunidad, alcanzaron los 65.091,5 millones de euros, con un descenso del dos por ciento respecto a los datos del primer trimestre de 2014.
La mayor cifra de depósitos en el sistema bancario autonómico estaba ‘a plazo’, con 32.962,1 millones de euros contabilizados al término del primer trimestre del año, lo que supone un descenso del 12,1 por ciento en relación a las cifras contabilizadas en el mismo periodo del año anterior. Asimismo y siempre según los datos que maneja la Dirección General de Estadística de la Junta de Castilla y León, los depósitos de ahorro ascendieron en el periodo de análisis a 19.048,5 millones de euros, en este caso, con un crecimiento del 6,8 por ciento respecto a las cifras de una año antes. Por último, los depósitos a la vista acumularon 10.451,1 millones de euros, que reflejan un incremento del 26,6 por ciento.
En este contexto, la tendencia iniciada en 2013 por la profunda crisis económica y financiera, cuando Castilla y León retornó a su condición de autonomía ahorradora, algo que no ocurría desde 2005, se acentuó en el periodo de análisis. Al respecto, los depósitos superaron a los créditos en 12.659,8 millones de euros al cierre del primer trimestre de 2015, cuando el año anterior la financiación que facilitó la Comunidad ascendió a 10.958,1; y en el ejercicio de retorno a esta situación, los 3.874,4.
Frente a esta situación que convierte a Castilla y León en autonomía financiadora para el resto de autonomías, cabe recordar que en 2008, cuando se produjo la entrada de lleno en la crisis, se había alcanzado el máximo nivel de inversión frente a depósitos, con un resultado de 15.089,9 millones de gasto superior al ahorro; una cifra que al año siguiente mermó hasta los 13.858,8 millones; en 2010, a 12.702; en 2011, a 7.280,4; y en 2013, a 8.292,3.