Apuesta por los nuevos talentos y la moda joven

La segunda jornada de la XVIII edición de la Pasarela de la Moda de Castilla y León comenzó con una charla formativa impartida por la modelo española Estefanía Luyk y el modisto Lorenzo Caprile, padrino de excepción de esta cita con la moda y un referente nacional en el diseño de espectaculares trajes de fiesta y, especialmente, en el mundo de la moda nupcial.

No está mal para empezar pero, sin duda, el plato fuerte del día llegaría por la tarde con el Concurso del Premio al Mejor Diseñador Novel de Castilla y León, una de las propuestas que despiertan más expectación dentro de las actividades programadas. El concurso tiene como objetivo convertirse en una plataforma de lanzamiento para los jóvenes talentos de la Comunidad donde puedan presentar sus colecciones y tener una primera oportunidad de incurrir en el mercado laboral.

En esta ocasión, las empresas Fely Campo, S.L. y Trasluz Casual Wear, S.L., fueron los encargados de patrocinar los premios que se concedieron en el concurso; un primer y segundo premio consistentes en un contrato de trabajo en una de las empresas patrocinadoras del mismo y un tercer premio en forma de mención específica sin dotación.

A través de esta iniciativa, la Junta apoya a los nuevos talentos facilitando su inserción profesional mientras se sigue apostando por el binomio formación-empleo. Los participantes de esta decimoctava edición al Concurso al Mejor Diseñador Novel fueron los siguientes: Ana María Salvador (Valladolid), con su colección «Petrita», que nos traslada a una feminidad rural,  con formas y cortes cómodos para el cuerpo. Cuenta con un textil alpujarreño y prints y en ella destacan piezas como los abrigos y chaquetas de franela en color teja.

Patricia Tascón (Valladolid). «Retourner» es la colección con la que se presentó. Se compone de cuatro trajes: ‘Cactus’ ‘Euphorbia’ ‘Nigella’ Y ‘Zarzamora’. En ellos se combinan los estampados florales y los lisos totales, con adornos de plumas y flores.

Tamara Villa del Hoyo (Burgos), acercó hasta la pasarela ‘Dendritum’, una colección inspirada en los cambios científicos y técnicos que tuvieron lugar en el siglo XX. Para ello, toma como referencia la técnica de impregnación argéntica de Golgi, que busca la morfología neuronal en tres dimensiones. 

Ismael Aparicio (Palencia), tomando como inspiración a los grandes iconos de la cultura británica presentó una colección en la que realiza una investigación a través de diferentes materiales y patrones, obteniendo una gran variedad de volúmenes y formas aplicadas a la silueta.

Alexandra Grottolo (Segovia) se centró en la mujer sencilla, elegante y segura de sí misma, reflejando el trabajo y los materiales más artesanales. Su colección se inspira en las lavandas, con lo colores lilas, grises y mikados que tiñen los campos de La Provenza, en la Costa Azul de Francia, de junio a septiembre.

Carmen Rodríguez (Valladolid) confeccionó la colección ‘Aguamarina’ inspirada en el mar y en todos sus elementos. Está compuesta por vestidos con grandes vuelos, cortes femeninos y aires románticos. Además, entremezcla las distintas tonalidades de verdes y azules, dando lugar a una armonía de colores con los que pretende evocar la profundidad del océano.

Cristina Fernández (Burgos) presentó la colección ‘Redes’, una pequeña metáfora en la que cada persona atrapa todos los pequeños detalles de su entorno y los utiliza para construir su vida. Está inspirada en tejidos de punto entrelazados, junto a colores otoñales que dotan a sus diseños de una calidez propia de los últimos días de verano. 

Y por último, León estuvo este año representada por la diseñadora Sara Ordás que sorprendió con su colección «Gálatas», inspirada en la simbología animal desarrollada en el arte románico, en el que los animales encarnaban metafóricamente a las fuerzas del bien y el mal. Cada diseño trata de representar sutilmente a estos animales: pantera, ibis, ave fénix y cisne. En sus prendas destaca el trabajo de patronaje y diseño así como la variedad de texturas y los drapeados generados mediante moulage, una técnica artesanal que da forma a la tela directamente sobre el maniquí a través de pliegues. La joven diseñadora opina que este premio «es muy importante porque sirve para hacer ver y posicionar nuestro trabajo y supone, además, un primer paso hacia el mundo laboral. Al ser una convocatoria para toda la comunidad, creo que esta pasarela se convierte en la plataforma más importante que tenemos los jóvenes diseñadores de Castilla y León. Es necesario que haya iniciativas de este tipo que reflejen el nivel del que goza el diseño joven de la comunidad».

El sello leonés lo han puesto también diseñadores de la talla de María Lafuente, Di de Sant y Susana Escribano que, recientemente, ha sido galardonada en Madrid con el Premio Estilo y Moda a la Labor Empresarial 2015 y con el Premio Nacional de la moda a la Excelencia Empresarial 2015.