«El horno no está para bollos»

El presidente del Tribunal Constitucional (TC), Francisco Pérez de los Cobos, consideró ayer que existen «carencias notables» en cuanto a la formación relacionada con la Carta Magna en muchos juristas, algo que en su opinión explica «mucha de la conflictividad gratuita» que padece la alta instancia judicial que representa. «Si muchos de nuestros abogados conocieran bien en qué consiste el control de constitucionalidad que el tribunal ejerce en amparo, y muchos de nuestros responsables políticos tuvieran una sólida formación jurídico-constitucional, estoy seguro de que muchos recursos que hoy están en el Tribunal no llegarían ni siquiera a interponerse», sostuvo.

Así lo puso de manifiesto en una conferencia sobre ‘Interpretaciones de la Constitución’ pronunciada en la Universidad de Valladolid (UVa), donde el jurista no hizo mención alguna al recurso de inconstitucionalidad del Gobierno contra la resolución del Parlamento catalán, que ha derivado en la decisión de anular el proceso para independizarse de España. Tampoco realizó ningún tipo de declaración ni antes ni después de su intervención y, a preguntas de los periodistas, se limitó a contestar: «El horno no está para bollos».

En su ponencia, aludió a su «sensibilidad» dada su condición de presidente del TC y también como jurista e indicó que la tecnificación de la interpretación jurídica «es una cuestión capital en la evolución del Derecho». Al respecto, recordó que cuando fue elegido para ser magistrado del Constitucional «estaba enfrascado» en la elaboración de un libro sobre la interpretación del Derecho del Trabajo, tarea a la que piensa volver cuando deje el alto tribunal.

En su opinión, la interpretación de la Carta Magna no «sólo es una cuestión clave» de la Teoría General del Derecho, si no que también, parafraseando al profesor Rubio Llorente, «es el problema central de la Teoría del Estado». «La Constitución no sólo es un texto normativo de singular complejidad interpretativa, sino que tiene el carácter de pacto generacional y ocupa la posición de cabecera del ordenamiento jurídico y nace llamada a desplegar un influjo decisivo tanto a la hora de analizar el sistema normativo, como del alcance de las funciones de los diversos poderes del Estado», expuso.

Para Pérez de los Cobos, el problema de la interpretación constitucional «es relativamente reciente» ya que, tal y como dijo, las cartas magnas se «consideraban textos puramente políticos cuya interpretación y desarrollo correspondía al legislador». En este punto recordó que hasta los años 50 el Derecho Constitucional «ha sido un derecho sin interpretación, y sólo cuando se afirma el valor jurídico de la Constitución y se concibe inequívocamente como una norma jurídica, aparece el problema de cómo debe interpretarse».